Todo se sentirá menos doloroso que saber que comparte su cariño con alguien más.


O que ni siquiera se merece una pizca, una sola mirada que no sea de odio hacia él.



Dentro de si comprendió que su lugar fue dado solo como un acuerdo, que no escaló como lo hizo para ascender a general, ni se creó una fama tan devastadora después de masacrar cientos de tropas para volverse matriarca, su posición fue regalada, lo que pudo tener como cimiento al ser señalado como mujer se perdió al ser descubierto. Entonces ¿Qué le hace merecedor de tener el titulo de emperatriz? Wei Ying, que desde sus recuerdos mas viejos tuvo que pelear por una pieza de pan roído y duro con los perros siempre peleó por sus propios medios, se abrió paso sin ayuda divina.



Su título imperial estuvo vacío, fue inmerecido, tampoco merecía permanecer a lado de Lan Wangji exigiendo cosas como si fuese en realidad su esposa, como si tuviese el derecho de manejar esa parte de su vida.


Incluso las emperatrices reales no se entrometían dentro de las decisiones del rey, solo debían obedecer e instruir a las nuevas concubinas, 'ella' solo debía manejar el harén imperial, todas debajo de ella como menos pero siendo iguales o superiores en la cama del monarca si obtenían su favor.


Los medios para llegar al corazón del emperador fueron bastos. Belleza, poder, encanto, sumisión y adulación, algunas mentiras, suerte al darle un hijo varón.



Wei Wuxian se sintió asqueado de solo imaginar usando estas tácticas. Al no haber nacido con ninguna de ellas mientras que las otras que pudiesen emplearse eran demasiado vergonzosas para darle un golpe a su orgullo

Pero, Wei Wuxian no buscaba el favor del emperador.

Quizás un pequeño lugar junto a Lan Wangji, muy cerca de él, tan tentador que casi pudiese tocarlo, tan cerca para sentir su calor pero manteniendo una distancia tortuosa e inalcanzable para no quemarse con sus llamas.


La presión inicial en su pecho se debió a esto, sin importar que quisiera estar a lado de ese hombre -sin saber con exactitud el porqué- fue imposible separar a Lan Zhan del emperador de Gusu.


Si el antiguo Lan Wangji sintió algo mínimo por 'ella', mas allá del odio, tal vez guiado por el deseo se desmoronó por la verdad, se diluyó en el aire como un incienso encendido, el encanto quedaría por un corto tiempo y pronto la fresca fragancia fue eclipsada por un potente perfume. 

El perfume preferido del emperador.

Fue Tiang DanFeng quien impregnó su cuerpo de perfume, guardó sus garras detrás de unas largas mangas y encantó con su belleza natural, algo de rubor y un par de accesorios de la más alta calidad atraparían a cualquiera tras deslumbrar su figura, se embrujarian por su voz, serias capaces de caminar sobre la ardiente lava si eso significaba llegar al otro lado con ella.


En cambio el tenue aroma del incienso en Wei Wuxian fue prestado. Ni el conjunto más caro desvanecería las decenas de batallas a su espalda, su verdadera fragancia estuvo mezclada con la muerte, la sangre y el lodo. 
Sus encantos no estuvieron entre su ropa de seda, para funcionar debía portar una armadura, dura pero flexible que se amoldara a su cuerpo, si bien su propia figura era delgada no carecía de la fragilidad de una doncella de una cuna de oro, los años de entrenamiento valieron para fortalecerse, su agilidad era requerida incluso su propia imagen hacia otros fue un factor ventajoso para todo el ejercito del loto.



Su parte elite se manejaba solamente por mujeres, entre látigos y púas, con abanicos plegables venenosos y lanzas devastadoras.
Wei Ying comandó miles de mujeres detrás de él, en sus años más caóticos degolló a quien se atreviese a menospreciar a su gente y aunque fuese en las sombras cargó con esa satisfacción propia.


Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Where stories live. Discover now