|| ¿Tú Otra Vez? || Zabdiel De Jesús y Tú || TERMINADA ||

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Antes que nada yo avise en mi perfil porque que no iba a publicar hasta hoy, sábado, así que no me desaparecí porque si xd xd.

Maratón 1 de ¿?.

Narra _______ :

Cinco minutos.

Los cinco minutos más eternos por lo que tenido que pasar; cada vez que corre algún segundo puedo sentir como pierdo tiempo favorable para mi y los nervios me invaden más.

Idee un pequeño plan para que Cristian no vea a Thomas, porque no pienso permitir que se acerque a él. Por tal motivo, hablé con Erick antes de venir aquí para asegurarme de que Cristian siga en su trabajo, así como también tuve que asegurarme de que nadie estuviera siguiéndome.

Quizá y fue un poco de exagerado, pero conociendo como está Cristian, no pude dudar en que tal vez podría hacerlo. Además, no está de más, ser precavida.

Thomas continúa jugando con el servilletero del centro de la mesa y levanto mi brazo cuando mi madre ha cruzado la puerta. Ella se acerca claramente confundida y de inmediato lleva su mirada a Thomas.

Puedo notar como su expresión cambia al verlo. Una reacción de querer expresar una felicidad incontrolable. Aquella que a veces te da ganas de saltar, pero claramente no lo hace y tan solo suelta un titubeo antes de soltar una pequeña risa nerviosa.

—Pero —dice llamando la atención de Thomas, quien no tarda en mirarme —Hola.

—Hola —murmura llevando su atención a ella.

—¿Podrías sentarte? —le pido —Es que tengo que hablar contigo y pedirte un favor.

Ella asiente, sentándose —¿Qué es lo que pasa?, ¿qué necesitas, ______? —me pregunta llevándo de vez en cuando su mirada a Thomas —Él es...

—Si, se llama Thomas —contesto a la supuesta pregunta que iba a hacer —Tiene cinco años. —puedo notar sus ojos cargados así que una pequeña sonrisa invade mi rostro —Thomas, ella se llama Luz —le menciono haciendo que la mire nuevo —¿Recuerdas cuando me preguntaste sobre tu abuelita? Bueno, ella ya regresó de ese viaje larguísimo que te mencioné.

—¿Cómo estás? —le pregunta mi mamá, tocando la mejilla de Thomas.

—Ahora estoy feliz —sonríe —¿cómo estuvo tu viaje?.

Ella me mira y yo ladeo con mi cabeza para que siga mi pequeña mentira.

—Como dijo tu mamá, demasiado largo –un sollozo involuntario sale de sus labios —Me hace demasiado feliz poder verte al fin.

—¡A mi también!, estaba esperándote desde hace mucho —admite —, pero no llores. Tienes que estar feliz ahora que estás conmigo.

Mi mamá sonríe y se levanta de la silla para abrazar a Thomas con mucho sentimiento frustrado en ella. Inevitablemente continúa llorando en silencio, mientras se aferra a él y yo no puedo evitar sentir un pequeño nudo formándose en mi garganta seguido de una de sonrisa de felicidad en mi rostro.

Thomas suelta una risita —A mi también me da gusto verte por fin.

—Sabes, no debería llorar ahora que por fin nos conocemos —le dice volviendo a sentarse y Thomas asiente —Tendría que sonreír y estar demasiado feliz.

—Si, pero mi mami me ha dicho que las personas también lloran cuando están muy felices. Entonces, ¿tú estás llorando porqué estás feliz?

—Demasiado feliz —nuevas lágrimas salen de sus ojos y ella ríe secandolas —Tanto que ya parezco una cascada. Pero bueno —me dice —, ¿qué es lo que necesitas?