|| ¿Tú Otra Vez? || Zabdiel De Jesús y Tú || TERMINADA ||

01

Narra _________ :

Dejo mis papeles a un lado cuando Lisa se acercado a mi, así que la miró con mi ceño fruncido a la espera de una respuesta.

En realidad no tengo tiempo sufiente para ponerme a charlar.

—Tienes una visita en recepción. Una mujer dijo que te esta buscando; junto a Thomas.

Resoplo colocando una mano en mi frente mientras maldigo por lo bajo, y al soltar el bolígrafo me pongo de pie.

—Gracias por avisarme, iré en seguida.

Ella asiente con su cabeza mientras esboza una sonrisa, y se da vuelta para marcharse meneanfo su cabellera rubia de un lado a otro. Es increíble que esto esté pasando de nuevo, se suponía que Thomas se quedaba más tiempo en el quinder ya que claramente yo no puedo ir por él ni ocuparme porque trabajo mucho, pero al parecer la vida se esmera en hacer que me regañen y que posiblemente me despidan por cuarta vez consecutiva.

—¡Mami! —exclama Thomas al verme para acercarse corriendo a mi y abrazarce de mis piernas, mientras yo miro a su maestra con cara de incredulidad ya que necesito una explicacion para esta repentina interrupción.

—¿Por qué lo trae? Pagué para que se quedara en la escuela porque yo no puedo tenerlo aquí.

—Lo siento, pero las normas no son así. Su hijo tiene una hora definida para salir, ya  no puede quedarse más tiempo en ese lugar sólo y aburriendose.

—Debe entender que trabajo mucho y que yo no puedo hacerme cargo ahora. Además está con usted.

—Mami, hoy hice un dibujo.

—Comprendo su actitud pero en serio, no podemos seguir teniendo a su hijo en el quinder. Debería buscar una niñera o una guardería, algo que en realidad sea para eso.

Resoplo desviando mi mirada. Claro, esto era lo único que me faltaba para empeorar mi día, tener a Thomas aquí sin tener idea de dónde podré dejarlo mañana.

—Mami, la maestra dijo que pinto muy bonito. Y que te gustara esto.

—Pará usted fácil decir eso, ¿no? —digo haciendo a un lado con mi mano, la hoja que Thomas a querido darme y su maestra no responde —Solo lléveselo, no puedo trabajar con Thomas aquí.

—Lo siento, pero ya le dije que no puedo. Además Thomas estaba muy contento en saber que tenía que venir —sonríe mirando al niño quien no deja de tironear de mi brazo, logrando estresarme más.

—Thomas, detente —le regaño frunciendo mi ceño y él deja de tironear de mi brazo y de hablar sobre lo que sea que haya querido decir, para esconder la hoja tras su espalda. —Te he dicho muchas veces que no puedes venir al trabajo. Contigo no puedo trabajar y eso lo sabes perfectamente.

—Señora, no culpe al niño. Después de todo usted es su madre y él la aprecia mucho —no respondo ante las palabras de la maestra, para suspirar con frustración mientras Thomas se aparta de mi.

—Retirese. Veré que haré.

—Buen día.

Ella sonríe de manera amable para luego dar vuelta e irse. No tardo mucho en también dar vuelta para subir al ascensor, posando la mirada en Thomas quien está mirándome desde unos metros lejos del ascensor.

—No quiero berrinches; ven para ver que haré contigo.

Él me mira y agacha su mirada mientras apreta sus labios, sin moverse.

—Thomas, no tengo toda la tarde. Ven ahora; ya te dije que no quiero berrinches.

Resoplo empezando a enojarme para salir y tomar a Thomas de la mano para llevarlo conmigo.