02

4.3K 297 208
                                    

Narra ________ :

Despego la mirada de las palomas que se encuentran comiendo maíz en la mitad del parque, cuando Thomas a dejado caer su cabeza a un costado de mi brazo.

—Mami —murmura así que volteo.

—¿Qué sucede?.

—Sé que no quieres hablarme porque por mi culpa ese señor te regañó, pero tengo hambre, mi pansita me quema mucho.

Cierro mis ojos y dejo salir un gran suspiro. Había olvidado por completo que Thomas no había comido gracias a todo lo que ha pasado.

Que descuidada.

—¿Puedes comprarme algo? Una cosita pequeña para no molestarte mucho y que no te enojes otra vez.

—¿Por qué dices eso, pequeña ratita? —murmuro y él se incorpora para jugar con sus manitos, sin mirarme.

—Porque si. Te enojas cuando te hablo y te enojas cuando quiero verte. Sé que es mi culpa que ese señor te dijera que te vayas; siempre cuando quiero verte los señores te dicen que te vayas.

—No digas eso.

—Pero quiero decirlo para que me disculpes y no me odies. Yo te quiero mucho, mami, pero... Creo que tú no me quieres a mi.

—No digas cosas incoherentes pequeña ratita —suspiro poniéndome de pie —mejor vamos a comer porque yo también tengo hambre.

—¿Por qué me dices "pequeña ratita"? —cuestiona con incredulidad mientras se baja de la banca y yo tomo la caja. —Las ratas son feas y huelen mal. ¿Yo huelo mal y soy feo, mami?.

—Claro que no. Eres muy lindo y hueles muy bien, solo que desde que estabas muy chiquito y te tenía conmigo en mi pansita, cada noche, te empecé a decir así. ¿No te gusta?.

—Me gusta —sonríe para seguido tomar mi mano, pero antes de comenzar a avanzar él habla, elevando su cabeza para mirarme —Tú si me quieres, ¿verdad mami?.

—Te dije que dejes de preguntar cosas incoherentes.

—Yo solo quiero saber.

—¿Para qué?.

—Para poder ganarme tu cariño si tú no me quieres y así me puedas querer mucho como yo te quiero a ti.

Suspiro desviando mi cabeza hacia el frente, para empezar a caminar.

—¿Qué quieres comer? —le pregunto y Thomas guarda silencio mientras coloca una de sus manitos en su mejilla.

—¿Puedo escoger? —me mira.

—Por algo te estoy preguntando, ¿no?.

—Podemos comer un hamburguesa.

—¿Hamburguesa? —enarco ambas cejas.

—Si. Hoy James llevó una hamburguesa muy grande, dijo que le hizo su mamá y yo quiero comer una porque no me quiso compartir un poquito.

—Esta bien, comeremos una hamburguesa entonces.

Él sonríe y continúo caminando mientras trato de ubicarme para poder dar con el paradero de algún lugar de comida rápida; asegurándome de que el semáforo esté en rojo cruzo la calle.

Minutos de silencio después, al haber logrado encontrar el lugar, no demoro mucho en entrar. Al encontrar una mesa me aseguro de que Thomas no se mueva de su lugar y me dedico a pedir la comida.

Una vez que recibo mi orden, regreso a la mesa para dejar nuestra bandeja sobre la esta.

—Aquí tienes, tu hamburguesa sin cebolla y tu gaseosa de manzana —le digo mientras quito la envoltura de su comida.

—Huele bien; muy rico.

—Pero tienes que saber que no es saludable. Aunque, comer de vez en cuando no nos hará daño; ten —dejo la hamburguesa frente a él para seguido colocar el sorbete en su gaseosa y después me dispongo a quitarle la envoltura a mi comida. —¿Por qué no comes?.

—Es que esta muy grande y no puedo morderla.

—Haz esto. Aplasta la parte que quieras morder con tus dedos, así.

Le demuestro para darle una mordida a mi comida y Thomas imita mi acción logrando darle una pequeña mordida.

—Lo vez, es fácil. ¿Te gustó? —asiente.

—Sabe bien. Quisiera comer todo el tiempo hamburguesa.

—Créeme que yo también pero no se puede ya que nos podemos enfermar.

—Lo sé —afirma volviendo a comer —Mami, ¿ahora si puedo darte mi dibujo?. —cuestiona con su boca llena.

—Primero termina de comer bien lo que tienes en tu boca.

—¡Listo! —avisa limpiando sus manos en la servilleta para darse vuelta y buscar en su mochila, mientras yo lo observo sin dejar de comer. —Mira, mami.

Dejo la hamburguesa sobre la bandeja para limpiar mis manos y tomar la hoja que él me ha extendido.

—Lo pinté hoy. La maestra dijo que estaba muy bonito.

—Oh, es un dibujo muy lindo de... Dos adorables, piñas. Muy bien, ¿sabes que la fruta es importante para tu salud?.

—¿Piñas? No son piñas, mami, somos nosotros —frunce su ceño —Ese soy yo y la más bonita eres tú —señala.

—Ah, si, claro, se parece a mi —suelto una risita y mi vista se posa en una mancha color rojo que hay junto al dibujo —Aunque veo que se ha ensuciado un poco, pero es muy bonito. La mancha no cuenta.

—No es una mancha, es un perro, mami.

—Oh, perdón, es que estoy cansada. Pero si, es un perro muy bonito. Oh, mira, ahora ya veo su cola y sus patas. Si, muy bonito.

Thomas sonríe.

—¿Te gusta?.

—Si, me gusta. Es bonito.

—Te lo regalo, es para ti, mami. La maestra dijo que hagamos algo para alguien que nos importa mucho y yo te lo hice a ti.

—Muchas gracias, cuando lleguemos al apartamento lo pegare en el refrigerador, hasta mientras guárdalo en tu mochila para que no se arrugue.

Él asiente y obedece mis palabras para continuar comiendo. Cabe recalcar que mi opinión acerca del dibujo no fue porque quise, sino porque en realidad me cuesta un poco descifrar lo que hace; recuerdo que cuando recién empezó a hablar no fue nada fácil lograr traducir y entender lo que decía a tal punto en el que no sabía qué hacer mientras Thomas  generaba unos gigantescos berrinches de tres horas que impedían que estudie o que trabaje; ni siquiera fue fácil para mí ayudarlo a hablar o ha caminar ya que no era una persona conocedora del tema de los bebés y tampoco tenía toda la paciencia del mundo. Encima el trabajo me tenía demasiado estresada. Aunque eso no ha cambiado a decir verdad.

Pero sin querer, cuando menos lo esperé, terminé aprendiendo un poco y pude manejar algo mejor la situación tan difícil que estaba enfrentando...

Al terminar de comer limpio mi boca y dejo los deshechos a un lado, para dedicarme a observar a Thomas quien está muy concentrado comiendo. Le ofrezco una sonrisa cuando me ha mirado y él imita mi acción para seguir comiendo.

Aunque no se lo diga y a veces actúe de una manera que pueda considerarse no tan buena con él, lo quiero mucho; lo adoro.

Mi pequeña ratita es mi vida entera apesar de todo lo malo.

|| ¿Tú Otra Vez? || Zabdiel De Jesús y Tú || TERMINADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora