Capítulo 26.

28.9K 2.5K 1.3K
                                    

KENDO EVANS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


KENDO EVANS.

Si algo he aprendido de mi cruel, extraño y desconfiado mejor amigo, es que no hay que confiar en nadie, solo en las personas que demuestran incansablemente su lealtad.

El hombre me observa. Me tiene en la mira, como si quisiera y pudiera ver mis pensamientos.

No lo negaré, la oferta es tentadora.

Decido acercarme a él.

— ¿Tienes algún problema o no has entendido mi respuesta? —Pregunto haciendo notable mi molesta. Él sonríe.

— Tienes mucho potencial. —Responde— He visto vídeos de tus carreras.

— Ahora todo esto es mío, no tengo necesidad de participar en carreras, mucho menos cuando es para elevar la autoestima de un corredor inexperto y novato. —Dejo claro mucho antes de escuchar una estupidez.

Él, tras mirar mis ojos por un segundo, empuja su cuerpo y camina para irse.

— ¿Y qué me dices del número uno actualmente? —Hace una nueva pregunta. — Dicen que es insuperable, que nadie ha conseguido un tiempo como el suyo desde que abandonó.

— Escucha, te diría que se lo propusieras, pero conociendo a mi amigo, te dirá que lo último que quiere es meterse en una estúpida carrera, que es evidentemente aburrida e inútil. —sonrío— Te ahorro respuestas a preguntas que no tendrán sentido.

Entra en el coche, le entrega una tarjeta a Mark, mi socio, y se marcha. Janet coge mi mano nerviosa, posa la barbilla en mi hombro y la miro de tiernamente.

— Ese tío no me da buena espina.

— A mí tampoco.

YULIMA TYLER.

Siento sus dedos acariciar mi rostro. Lo que dice es cierto, cuando no lo observo a él, me observa a mí. Entreabro los ojos para verle, me sonríe tras descubrirme y me besa.

— Buenos días nena.

— Buenos días amor. —mi voz de recién levantada le provoca una sonrisa.

— No quiero esto.

— ¿Qué?

— Que una vez más des de lado tus estudios por mí. —Llevo la mano hasta su rostro. — Quiero que estudies.

— Myke —Bostezo, giro mi cuerpo y lo pego al suyo. — No voy a dejar los estudios.

— ¿Cuántas veces has ido a la universidad desde qué todo volvió? —Lo admito, tiene razón. — No soporto saber que de nuevo lo estas dejando todo de lado.

Le doy un dulce, cálido y apasionado beso, que termina con sus manos apretando mi cuerpo contra el suyo.

— Sé todo lo que tengo que hacer. Lo haré en casa, lo entregaré todo a tiempo. —Aseguro en voz baja. Realmente quiero calmarlo, pero obviamente nada es fácil.

EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora