EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]

EXTRA 3.

MYKE WALKER.

12 de Junio.

Esperando en la sala de espera, Yulima no deja de caminar de un lado a otro, muy nerviosa. Kaleb dibuja a mi lado mientras las horas pasan y no sabemos nada. Espero que todo esté bien, no soportaría a Janet en mal estado.

— ¿Cuánto más van a tardar? —Pregunta Yulima, golpeando la puerta en busca de respuestas. — Joder.

— Muy bien, te enfadas conmigo por decir malas palabras frente nuestro hijo, pero mírate. —Me burlo. Ella finalmente ríe entre tanto estrés y se sienta al lado de nuestro hijo.

— ¿Hemos hecho bien trayéndolo? —Le acaricia la cabeza. Él parece estar distraído pero lo conocemos, siempre está alerta.

— ¿Dónde podíamos dejarlo? Y no me digas que con la bruja. —Ríe. — Esa bruja no es de fiar y no voy a dejarla a cargo de nuestro hijo.

— Pero ella puede protegerlo. Sabes que no podemos dejarlo con una niñera normal. —Resoplo— Amor, nuestro hijo es un poco travieso y suele hacer cosas que la gente normal no puede ver.

— ¡Ya sé! Pero esta mejor con nosotros. Además, él también esta ansioso por conocer a Alanna. —Kaleb me mira, asiente y vuelve a mirar a su dibujo.

No me preocupa. Sé que él es tan serio como yo y que su carácter, mezclado con el de nosotros es bastante más frío de lo que esperábamos, pero así es.
Será bastante directo de mayor y no permitirá que nada lo asuste, eso lo tengo muy claro.

Yulima deja un beso en su cabeza, se pone en pie y camina hacia mí. Sabe que estar en los hospitales me sigue poniendo de mal humor. Literalmente ¡Odio! Los hospitales. Claro qué era de esperar, mi mejor amigo va a ser padre y obviamente quería que su hija naciera en un hospital, como la gente normal.

— ¿Piensas qué pasará algo? —Pregunta, pasa los dedos por mis labios y suspiro. — Sabemos que Kendo proviene de un linaje. . . —Se asegura de que nadie la escucha— angelical. Existe la posibilidad de que ocurra algo cuando Alanna nazca.

— Creo que no es lo mismo tener un demonio, que un ángel. —Respondo riendo— Nada malo puede pasar.

— ¿Ah, no?

— Bueno, no creo que Dios baje y presencie el nacimiento de Alanna. —Me golpea por la broma. — ¿Qué? A mi hijo lo persigue Lucifer, literalmente todo el infierno quiere asesinarlo ¿Por qué no puede bajar Dios?

— Quizás. . . ¿Por qué el padrino de Alanna es un demonio? —Bromea también— Dudo mucho que lo vea correcto.

— Cierto nena, muy cierto.

Me da un dulce beso. Ella todavía me mira con el mismo amor, como la primera vez que la conocí.

Hemos vivido el mejor año de nuestra vida. Hemos cuidado de nuestro hijo, le hemos visto dar sus primeros pasos, sus primeros dientes, todo como una pareja normal haría. He sentido lo que es amar incondicionalmente por segunda vez. He amado a una personita que se coló en mi vida inesperadamente, pero que se ha convertido en mi razón de vivir. Haría cualquier cosa por protegerlo y no me importa a quién tenga que matar para mantenerlo a salvo.
Él no es un bebé normal, lógicamente. Es adelantado para su edad y eso se debe al poder que corre por sus venas. Aún es pequeño, pero no es como cualquier niño, él es. . . Más especial de lo que habría imaginado.
Sus travesuras pueden llegar a costar demasiado, porque a veces de manera inconsciente deja salir un poco de ese poder del que tanto nos han prevenido.