EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]

Capítulo 9.

JANET BROWN.

Llamo a Kendo más de quince veces pero no obtengo respuesta; lo tiene apagado.

Se marchó con Myke y no estoy enfadada por ello, al contrario, sabía que se iría con él porque no es capaz de darle la espalda a su mejor amigo. Siempre estuvo cuando lo necesitó y siempre estará.

— Yuli. —Le susurro. Hace casi una hora que no ha pronunciado palabra. — Di algo, te conozco.

— Lo único que quiero es que mi hermano salga de esta Janet, nada más.

— Yuli, no me engañas.

— ¿Qué intentas qué diga? ¿Qué me siento miserable por no confiar en él después de tanto o qué tengo miedo de darme cuenta que está enloqueciendo? ¡Dime! ¿Qué quieres qué diga exactamente? —Actúa como si la estuviera atacando, pero entiendo que es porque está demasiado alterada como para pensar que sus palabras pueden sentar mal.

— Es lo que quería, exactamente lo que quería. Te lo guardas todo para ti y no es justo. —Esconde la cabeza entre sus rodillas.

La escucho llorar. Sinceramente estaba tardando demasiado en hacerlo, nada le duele más que tener que decidir de qué parte está; si de su hermano o del chico que ama. Es una decisión difícil que yo tampoco sería capaz de tomar.

— No debí decirle todo lo que le dije. Él no se toma las cosas como nosotros, le duelen en exceso y no sabe manejar sus sentimientos.

— No es un niño pequeño. —Se limpia las lágrimas con la manga de su camiseta. — Igual que sabe golpear personas, sabe manejarlo todo.

— No hables así de él. No lo conoces.

— Tal vez porque no me deja conocerlo.

— Te dejaría si no estuvieras machacándolo todo el tiempo ¿Sabes? —Agacho la cabeza— No es su culpa que Cody y tú no tengáis la misma confianza.

La verdad es que he estado todo este tiempo cortante con él porque Cody se marchó después de que supiera sus sentimientos por mí gracias a bestia. Desde entonces culpo a Myke aún sabiendo que él no tuvo nada que ver.

— Voy... a llamar a Kendo.

— Ve.

Llamo de nuevo, esta vez me da señal ¡Genial! Lo ha encendido. Sabía que solo era una rabieta y que lo encendería pronto. Espero hasta que da la llamada, estoy en modo desesperación porque aún así no responde.

— Vamos. —Susurro— No es normal en ti.

Estoy apunto de darme por vencida y colgar porque tal vez no quiere hablar conmigo después de que acusé a su amigo. Camino de un lado a otro inquieta y de pronto responde.

LLAMADA TLF.

Silencio.

— ¿Kendo? Perdón, sabes que soy muy insistente y que no puedo evitarlo. Quiero saber como estas, donde estas... dime.