EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]

Capítulo 59.

Penúltimo capítulo.

MYKE WALKER.

Una marca.

Parecida a la de Cody, según lo que la bruja comenta. Debería sentir miedo, porque conozco el significado de la marca y se dice que nadie puede huir de ella. Janet siente todo el miedo que yo no soy capaz de sentir, creo que la única explicación para ello es que no puedo sentir miedo, por un destino del que no voy a escapar.

— Vamos, Kendo pronto estará aquí para recogernos. —Digo. Las dos se me quedan mirando extraño.

— ¿Qué te pasa? —Pregunta Jenna— ¿Sigues sin saber qué significa?

— Conozco su significado, estaba delante cuando se lo explicaste a mi novia ¿Y qué? No me importa en absoluto. Sigamos caminando hasta llegar al punto de recogida. Necesito salir de este pueblo de una puta vez.

— ¡Estás marcado, vas a morir! —Grita para llamar mi atención con ello.

— Si y no hace falta que me lo estes recordando, bruja.

Sigo caminando, pero ninguna de las dos me persiguen, se quedan atrás mirándome desde la distancia y esperando a que retroceda. Claro, debí imaginármelo. Las dos quieren que reaccione a lo que esta ocurriendo, pero realmente no tengo nada a lo que reaccionar.

— ¿Qué? —Pregunto. Giro, las miro y me detengo. — ¿Qué queréis qué diga al respecto?

— Myke, vas a ser padre, y de repente estás marcado ¿No lo ves? Por lo menos yo quiero saber porqué. —Habla Janet, tratando de hacerme entrar en razón.

— Lo más probable es que muera por mi hijo. No me importa Janet. —Contesto.

— ¿Y qué pasa con Yulima? —Pregunta dándome donde más me afecta—. ¿No crees qué merecéis encontrar la solución a esto, para poder criar a vuestro hijo juntos?

— Cody no pudo escapar después de dos años, ni siquiera cuando Luz se sacrificó. —Les recuerdo—. Bruja, si sabes porqué tengo esta marca, dímelo.

— No lo sé. Ciertamente Cody no pudo escapar, pero Chloe no me dijo nada de una visión sobre ti y esta marca —Habla sin parar, caminando de lado a lado—. Dudo que supiera sobre ella y no me contase.

— Yo no dudo, las brujas me querían muerto. —La detengo poniéndome frente a ella—. ¿Por qué no sería Chloe una más de tantas?

— Porque si así fuese, no me hubiera encomendado a cuidar de tu hijo. Myke, sabes perfectamente que el poder que posee Kaleb es inimaginable.

— Un poder que has canalizado para conseguir el poder suficiente y desterrar al mismísimo diablo ¿No? Más bien creo que lo único que quieres es utilizar a mi hijo, canalizar su poder cuantas veces quieras y ser así más poderosa e indestructible. —La agarro del cuello. Esta vez no es ninguna amenaza; aprieto, hasta que ella comienza a debilitarse y dejar de luchar por su vida.