28. Sin Barreras

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Recomendamos regresar al capítulo 27: Estado mental, para refrescar la memoria.

¡Happy pride month, disfruten!



Tokio, Japón


Sicheng nunca ha sido un intolerante al alcohol. No desde que realmente aprendió a beber con Yukhei cuando eran adolescentes y mucho menos cuando se entrenó a salir de pieza completa de las estrepitosas fiestas en las que resultaba.

Así que no puede mentirle a su cerebro, cuando quiere echarle la culpa a las cinco copas de vino que tiene encima para explicar las pequeñas risas que salen de su boca mientras el japonés le hace cosquillas con sus labios dejando ruidosos besos en su cuello.

Y sí, de hecho se siente sobrio.

Quizá demasiado sobrio para ser casi media noche, bajando diez pisos en un dorado ascensor y acorralado por los brazos de Yuta que simplemente lo quieren quieto en su lugar. Siente su risa encima de su piel, los labios torcidos en forma de victoria viendo que ningún esfuerzo suyo logrará detenerlo.

Igual no es como si realmente quisiera que lo lograra.

El conocido tintinear del ascensor llama la atención de ambos en cuanto llegan al piso. Sicheng no presta atención en cual exactamente, ni tampoco hace estúpidas preguntas que recibirán respuestas obvias como a dónde iban y si era seguro estar allí.

La última siendo contestada sobre sus labios caminando a trastabillas y con pasos ciegos: Dos hombres en el piso de abajo, uno arriba y próximamente Nako junto con otro dos que cubrirían todo este.

Y puede que si estuviera algo bebido. Pues es la única explicación lógica que habría para estar mareado y todo sonriente en el momento que Yuta alinea su rostro para besarlo lento y profundo, mientras a tientas intenta colocar la tarjeta en el tablero digital de la suite.

Sicheng está lo suficientemente distraído como para darse cuenta de la decoración o del amoblado, pero puede imaginarlo sabiendo que está en hotel que alberga el restaurante con la mejor vista de todo Tokio y al que Yuta en un movimiento premeditado o no, lo invitó a salir en una cita.

El par de manos sobre su cuerpo no tienen prisa al tocarlo y eso lo trae a tierra. Sabe que las manos de él empiezan a serpentear por debajo de su suéter y las suyas retiran el molesto abrigo del japonés, todo y sin separarse un solo centímetro de su boca.

Con el rumbo ya fijado, Yuta es el primero por tomarlo de la cintura y emprender el camino entre besos, promesas subidas de tono y comentarios fuera de lugar. Yuta continúa molestándolo y Sicheng continúa maldiciéndolo. Las manos juguetean con el borde de su suéter y ríe sobre su boca cuando el japonés de repente bromea algo sobre no pisarlo.

Entonces se da cuenta que Yuta también ha estado demasiado sonriente y la realización lo golpea como un cargado y pesado camión.

Esto era distinto.

La sensación que experimenta en ese instante es totalmente distinta.

Su cabeza es un lío y lo único que parece estar bien es eso.

La parte de atrás de sus rodillas tocan el borde la cama y desorientado por los cientos de pensamientos que cruzan por su cabeza, se deja caer sentado sobre ella haciendo en el suficiente espacio para atraer al japonés entre sus piernas.

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora