30. Welcome to your Paradise.

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30. Welcome to your Paradise.






El ligero olor a desesperación podía extenderse a cada rincón, la ira era percibida en cada pequeña acción, la envidia y el deseo, ¿Por qué nadie parecía tener control de sus más oscuros anhelos? Si creían que era el averno, están equivocados. La tierra se había envuelto en una guerra entre el querer y obtener. Sin embargo, este solo era un ligero reflejo del caos que se vivía en los dos mundos, el desplome del Inframundo al no tener a su heredero y el intento del cielo en mantenerse de pie tras tan arriesgada decisión. No tener a su Príncipe estaba dejando salir a esos traviesos demonios a la superficie, adueñándose de cada alma perdida con la que pudieran encontrarse, los pecadores parecían solo ser capaces de ver las tentaciones, cayendo a ellas sin siquiera poder objetar.



Lo que se vivía en las tinieblas no era una historia distinta, en cada criatura solo crecía el sentimiento de venganza, y aunque esto fuera contradictorio, no había otra forma en que pudiera actuar. El poder que venía junto a la corona era algo que no cualquiera tendría, con la llegada de su nuevo Rey la envidia fue inevitable ya que después de todo, ser mitad humano era una aberración que nadie podía olvidar sin embargo su naturaleza de servir al trono lograba ganar su lucha interna. — ¡¿Qué demonios sucede aquí?!—El fuerte grito logró silenciar a todos los presentes, nadie atreviéndose a provocar su ira.



—Lo siento señor pero se lo han llevado—pronuncio Yokozawa sin poder evitar bajar la mirada antes de continuar—Los Ángeles lo tomaron en custodia hace unos momentos.

— ¡Imbécil! —Lo abofeteo dejando esa rojiza mejilla pero el dolor que el azabache pudiera sentir no era nada a comparación de la tormenta que crecía dentro del otro—Solo tenías una tarea—Lo empujó con fuerza, abriéndose paso para entrar más a la desordenada habitación.

—No me importa que deban hacer, quiero a mi hijo devuelta—Sus ojos lograron tener ese destello que provocaba el estremecer de todo aquel que lo viese, y aunque esa orden no fuera dada, cada criatura se llenó de esa emoción de pelear por lo que les pertenecía solo logrando decir al unísono— ¡Si, mi Rey!



Fue una declaración de Guerra, y definitivamente ellos la tomarían gustosos, incluyendo todo lo que esto representará. Heridas que luchan por sanarse, viejas historias que desgarran el alma de sus afectados, facturas que debían cobrarse, se había convertido en una situación de todo o nada, y el dolor que traía esto, era solo su culpa y él Rey lo sabía muy bien.



—Trae al nuevo, no puedo dejarles todo a esos inútiles—Dijo al pasar junto al azabache, saliendo de la habitación siendo seguido por Kirishima y Yokozawa. — ¿Qué tan mala es la situación? —pregunto tan pronto había llegado a su despacho, la inestabilidad era evidente y la ansiedad de saber lo que podría ocurrir era demasiada.

—Lo sentenciaran por retener a uno de los suyos—Respondió con seriedad el azabache, cuidando sus palabras y cada efecto que está tuviera sobre su atormentado Rey. —Es posible que ellos aprovechen la oportunidad...

—No me digas que-...—Si, fue por el joven Ritsu— ¿Gracia? No, nada de eso, ¿Diversión? ¿Cómo podría serlo cuando la vida de su primogénito dependía de ello?, pero entonces ¿Por qué sonreía? La situación lo ameritaba, ya que después de todo ese chico estaba tomando una vez más lo que más apreciaba. Lo estaba desquiciando, ¿Realmente perdería todo una vez más por culpa de él? —Mátalo. —No, no iba a permitirlo.

— ¿Señor?— ¡Mátalo! Si mi hijo muere quiero la cabeza de ese niño, no cometeré el mismo error dos veces ¿Entiendes? ¡Encuéntralo y acaba con esto!—Gritó, dejando mostrar su verdadera cara por unos momentos. La ira estaba consumiéndolo, esa máscara que había hecho caer a sus pies al oji-azul estaba cayéndose poco a poco, sin embargo no era algo nuevo para él, ya que hace mucho había entendido su error.

El príncipe de las tinieblas; Sekaiichi Hatsukoi {RxT} FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora