El príncipe de las tinieblas; Sekaiichi Hatsukoi {RxT} FINALIZADA.

8. Inicio de muchos problemas

8. Inicio de muchos problemas.

¿Cómo ocurrió todo esto? La idea no dejaba mi mente desde que me enteré, ¿Cómo pudo haber sido él? Aunque lo buscará no había razón para ello. Me es difícil aceptar está realidad, no entiendo la razón de todo esto, ¿Por qué debía irse de esa manera? Onodera Ritsu, la persona más noble que he conocido, un chico agradable que era incapaz de sentir algún resentimiento por alguien más, simplemente parecía que esa palabra no existía para él. Era mi amigo, alguien muy cercano para mí, me abrió las puertas de su casa en más de una ocasión, me brindó la más sincera amistad y ahora ya no se encuentra aquí para agradecerle. ¿Esto es una broma?

—Era tan jóven...—Murmuros y llanto silencioso envolvía el lugar. 

El sufrimiento que se logra percibir, demasiada gente llorando tu nombre, personas cercanas y otras que solo eran conocidos que significase tanto en su vida de lo que podrías pensar, ¿Acaso lo sabías Ritchan? ¿Alguna vez te detuviste a ver la cantidad de gente que te quería por tan bondadoso corazón? ¿Pensaste en lo que dejabas atrás? Es tan injusto.

—Realmente lo siento,—decía arrepentido un chico de oscuro cabello—yo no sabía que él...—su voz se quebró, dejando deslizar un par de lágrimas, era uno de sus antiguos jefes. —Yo me haré cargo, cualquier cosa que necesiten pueden pedirlo—Aseguro recobrando la compostura, tomando con firmeza las manos de la madre de Onodera.

—Gracias pero no te preocupes, no estamos buscando culpables. Ritsu jamás hubiera hecho eso, y nosotros tampoco lo haremos—pronuncio con esa tranquila sonrisa en sus labios. Su familia sin duda dejaba ver el buen hogar de dónde Ritsu forjó tan buenos valores, el sacrificio que hacía era sobre humano y esa actitud que lo caracterizaba nos hacía extrañarlo más.

—Aun así, quiero ayudarlos. Se cuánto Ritsu quería que sus hermanos terminarán la escuela, permítame ayudarlos, es lo menos que puedo hacer—Insistió, logrando conmoverla. Solo pudo deslizar unas lágrimas al escuchar el nombre de su hijo una vez más, asintiendo con esa sonrisa.

Hoy es el funeral de mi mejor amigo, jamás pensé que viviría algo cómo esto. Quiero llorar, gritar, morir al solo ver escrito su nombre sobre la lápida pero lo único que puedo hacer es tratar de respirar y mantenerme fuerte para ese trío de pares de ojos que con silencio me miran. Giré, caminando hasta ellos y sin decir nada, abrazarnos por unos segundos. 

Toda su familia era como una segunda familia para mí, estar aquí estudiando y trabajando a la vez sin mi hermano mayor como única familia es solitario, en el momento en que se casó decidió mudarse y aunque era una posibilidad irme junto a ellos decidí quedarme. Ritchan había sido un gran soporte para mí al estar aquí y ahora ¿Así es como termina todo?

El día es un asco, y mi vida pareciera que lo es igual. El cielo es gris, comenzando a crujir cuando las personas comenzaron a dejar el cementerio. Me despedí de su familia, sin poder soportar más fingir fuerza me retiré. Dicen que las cosas ocurren por algo, él mismo lo decía "Las cosas no son casualidades, todo pasa por una razón y cada una de esas decisiones son tomadas por los seres de luz que nos cuidan" recitaba esas palabras cada vez que creía que sería el fin de mi mundo, cuando creía que ya nada podía empeorar, cuando pensaba que estaba perdido. Sus palabras eran simples, llenas de fé en lo desconocido pero sonaban tan honestas que jamás pude pensar en si quiera burlarme de ello. Esas palabras tan simples pero que lograban llenarme de paz.