Capítulo 9: ¿Bakugou?

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Había pasado una semana desde que le habían retirado el yeso del pie y desde que Uraraka le había hecho prometer que no volvería a guardarse algo para él.

La castaña se había puesto seria en el asunto e incluso le hizo decirle todos y cada uno de sus delirios y alucinaciones, esto para poder ayudarlo mejor a mantenerlo en el lado de la cordura.

Katsuki personalmente había decidido confiar en ella ya que era la única persona que no solo le estaba ayudando sin juzgarlo, sino que también se había convertido en una compañía muy amena, mucho más ahora que ella estaba enterada de cada una de sus alucinaciones. Así que ahora podía sentirse libre de mencionar algunas cosas sin sentirse avergonzado ya que Ochako siempre estaba ahí para recordarle que todo estaba en su cabeza.

Pero había algo que no le diría por nada del mundo y era su alucinación más recurrente, la Uraraka que había aparecido en sus sueños y ahora era un constante ente que de vez en cuando trataba de llamar su atención, había decidido ignorarla y estaba funcionando.

Pero, aunque Uraraka hacía lo más que podía por él, las cosas en su mente estaban cada vez más distorsionadas. Desde hacía tiempo que no se quería ver reflejado en un espejo, pero no lo necesitaba para imaginar la clase de monstruosidad que se hallaría del otro lado del cristal.

Era complejo, pero era capaz de sentir con sus manos más no sentía algún tipo de dolor o hambre, aún así, aferrado a su cordura, actuaba con normalidad, seguía comiendo y evitando cualquier cosa que fuese peligrosa.

Pasó su mano por su rostro, sintiendo la piel desgarrada por su alucinación de Uraraka, tomo agua entre sus manos y se enjuago el rostro con insistencia, ese era otra de sus formas de conllevarlo. Sentía que teniendo duchas recurrentes podía aminorar la fauna que emanaba de su piel putrefacta.

Podía ver en el piso de la regadera los cientos de cadáveres de larvas que caían de su cuerpo. Su mirada corrió a su pie que anteriormente estaba enyesado, viendo como del torso de él se veían los ligamentos y piel al rojo vivo, rodeada de tejido muerto oscuro y lila.

No es verdad, estoy bien.

Se repitió mentalmente como lo hacía todos los días.

Ochako era increíble para apoyarlo y recordarle lo que era y lo que no, pero eso no evitaba que la cordura de Katsuki fuera cada vez menos, conforme pasaba el tiempo y su cuerpo se veía más y más muerto iba cediendo más a lo que veían sus ojos que a lo que Uraraka le decía.

Su cordura y racionalismo pendían de un hilo muy delgado.

Salió de bañarse, secándose el cuerpo, ignorando los girones de piel que se desprendían, con la mirada fija en el frente, haciendo caso omiso a absolutamente todo.

No es verdad, estoy bien.

Se estaba poniendo una camisa de manga larga de color azul, esto para evitar ver su piel lo más que podía, un pants deportivo y sus tenis de casa.

- ¿Ya terminaste? – Gritó Uraraka desde la cocina.

Katsuki se levantó y se dirigió a donde estaba ella mientras se ponía el gorro bajando un lado un poco más para evitar que estuviera expuesto el desgarre que había hecho la Ochako imaginaria.

- Si ¿Por qué? – Pregunto mientras se sentaba en el sofá con el teléfono en la mano, Hermes, su gato, corrió para acurrucarse con él.

Uraraka se acerco a él y con una mirada preocupada le habló.

- Tenemos que salir. Ya no hay insumos para la cena. – Dijo algo apenada.

El día anterior había fallado estrepitosamente tratando de recrear una receta que había visto en internet y había terminado con muchas de las ultimas cosas de la despensa del mes.

Almost dead. KACCHAKO FF Ochako x KatsukiWhere stories live. Discover now