--Ese lobo de sexo dudoso, pues llevo años que no me acuesto con él, ahora es bisexual y tiene meses viajando de aquí para allá gastando la herencia de su tía. No me sorprende que una italiana de piernas largas le diga que va a tener un hijo o que un sexy estudiante lo persiga. —Eileen bebió del Cosmopolitan cuando se lo trajeron y yo me llevé a los labios el shot de tequila.

Ya pasadas de algunas copas estábamos menos tensas y reíamos de todo, comenzamos a bailar tras poner música en nuestros celulares, había sido divertido cuando debíamos darle play al mismo tiempo las tres para que comenzaran al mismo tiempo.

--La ventana, la ventana, la pared, la pared. Este baile me da sed.

Cantaba y bailaba Nay, yo detrás de ella alzando los brazos y siguiendo los pasos.

--Piojosa como usted, uh uh uh—comenzó a conturrear Eileen moviendo sus caderas bajo ese vestido blanco volado, se veía muy animada. Clao que todas llevábamos copas de mas.

-- Ven acá ven acá, voy allá voy allá te doy, la ventana la ventana la pared.—Canté yo también animada, habíamos formado un tren con otras personas igual o mas ebrias que nosotras.

Noté que había algunos grabando con sus celulares y riendo, pero no nos preocupamos. No en este momento.

Nos movíamos al ritmo de Sandra Bullock y nos divertimos como cuando éramos adolescentes.

(***)

--Me complace ser la directora ejecutiva de Coppola, he sido criada para ser la heredera de industrias Coppola y seguro no los decepcionaré, ni a ti abuela, ni a ti madre.

Eileen tenía el rostro serio y una carga de maquillaje tratando de ocultar que no nos dormimos hasta las 5 de la mañana de este día, y que tuvimos que comprar vestidos, tacones altos, ir al spa, y ponernos mascarillas para mejorar nuestro aspecto, pero las tres andábamos que nos llevaba la que nos trajo.

Y todo estaba marchando bien para nuestra princesa del sarcasmo que lo tenía controlado en la forma de expresarse, esta gala era para su reconocimiento. Hasta que todo oímos en los parlantes del salón una canción que a las tres no heló.

--Dame que prenda la canción quiero verte menear aquí acá, tu trasero agitar aquí acá, quiero verte menear aquí acá—era la voz de Eileen y tras de ella se transmitió un video de nosotras bailando anoche en la terraza de un restaurante.

Ahora si nos estaba llevando la que nos trajo.

Los ojos de mi castaña amiga de ojos verdes, se oscurecieron y fueron a dar a un hombre con traje elegante que levantaba una copa y después se la llevaba a los labios sin apartar la mirada de mi amiga. Oh claro, no tardé en descifrar lo que estábamos presenciando todos.

Tampoco Nay, que bajó sus lentes oscuros contemplando al heredero de los Ezkarra. Bastien Ezkarra le estaba declarando a Eileen Coppola como siempre los apellidos habían estado en una guerra fría y silenciosa, pero esta vez parecía ser que iba a ser todo menos silenciosa.

--Me divertí anoche, ¿Y qué?. No tiene nada de malo salir a bailar con tu amigas ¿No?. Algunos hacemos eso y otros se lían con las prometidas de sus hermanos, ¿No es así Bastien?

Los reporteros se volvían locos no sabían a quién dirigir sus cámaras.

Yo conocía al hermano de Bastien, Asher quien lo miraba con la sorpresa en cada poro de su piel. La morena a su lado se encogía en su lugar, o sea que era verdad. Lo que parecía una guerra de bromas había sobrepasado sus límites pensaba yo.

Pero Eileen no mostraba más que diversión y Bastien apretaba la quijada aun sin quitar la mirada de la castaña de ojos verdes en el escenario. La tensión todos la sentíamos en el salón, se podía cortar hasta con un trinche. Sin embargo, todo lo que hizo fue acercarse con una caminada sumamente lenta hasta donde estaba Eileen con una sonrisa en sus labios le susurró algo cuando hubo llegado.

Todos nos quedamos con la duda porque ambos se miraron asesinándose mutuamente y después el salió y tras el su hermano y la morena que los acompañaba. Y por supuesto la prensa.

--Necesito vomitar—dijo Nay y tomó el sombrero pomposo de alguna invitada y lo soltó ahí.

Ugh.

--Bien, que disfruten el banquete. Con permiso.

Algunos como yo soltamos el aire que teníamos retenido, Inglaterra siempre dando de que hablar, como Nay.

Las tres salimos del salón y ya afuera, en un auto que nos llevaba hacia el aeropuerto reíamos a carcajadas.

--Te lo tiras ¿no?—Nay miraba con una sonrisa socarrona a Eileen que bebía su tercer shot de tequila.

La observé detalladamente, interesante no me lo esperaba. Creí que era más atracción imposible.

--Aún no, pero quien sabe no necesito tener sexo con el para que...-- dejó las palabras en el aire unos segundos. – Para que haga otro tipo de cosas.

--Perra, está muy bueno tu enemigo. —Nay encendió un cigarro y le dio una profunda calada.

--Par de zorras—susurré yo llevándome mi botella de agua a los labios.

--La retirada habló—dijeron al unísono, escalofriante.

(***)

Prometimos reunirnos en acción de gracias y después tomé un taxi hacia mi hogar.

Al llegar y abrir la puerta, quise salir de nuevo e irme, pero el taxi ya había arrancado.

Mi hogar estaba hecho un desastre y no se veía nadie por la entrada, ropa tirada por todos lados, nieve de chocolate, porque quería creer que era algo comestible lo que estaba pegado en la pared. La maqueta de Arali destrozada, y Ada colgada en la pared con cinta riendo.

--Mami—alzó sus manitas con una sonrisa.

Traté de tranquilizarme y fui a despegarla, subimos las escaleras que estaban algo resbalosas y ya en el segundo piso, las habitaciones eran otro desastre menos la de Arali. Pero no había rastro de nadie, así que subí a la terraza y los vi a todos.

En una mesa de poker, con caras serias. Parecían discutir algo.

--Sr Vahamonde. Si usted pierde le limpia el pañal sucio a Addi y baña a Ada.—habló serio Arali, Darice y Casey miraban a su padre asintiendo.

--Pero si yo gano, ustedes limpian la caca de Addi y el pipi del cachorro de las escaleras.

¿Cachorro?

Y mi corazón saltó de alegría al ver a un pequeño Golden retriever estar sobre un abrigo de Killian.

--Yo tengo una mejor idea, todos levantan sus traseros de esa mesa y se ponen a fregar el piso, las escaleras, las habitaciones o no habrá obsequios. —hablé lo más grave que pude y todos se giraron hacia mi.

--Ada, se supone que nos avisarías si mamá llegaba. —dijo Casey.

--Mami llegó. —dijo la pequeña abrazándose a mi cuello.

El cachorro se me acercó y me ladró, era tan tierno que aun no reconociera a la jefa de esta familia.

Todos se acercaron a abrazarme lloriqueando.

--No vuelvas a dejarnos con papá, se la pasaba llorando y hablando con una foto tuya en el celular—habló Darice.

--Mi amor, te extrañé por favor no me dejes con estos engendros del mal. —se quejó Killian mientras me besaba la frente.

--Los extrañé, pero no les daré nada hasta que la casa está impecable.

Refunfuñaron, pero aun así, Addi, Ada, el pequeño cachorro Nicolai y yo nos sentamos a verlos limpiar cada parte sucia.

Había extrañado mi hogar.




Alexa C.V

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Where stories live. Discover now