# VEINTICINCO.

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P.O.V Killian.

– Papá, metiste el pie hasta el fondo. — Darice me culpaba.

Agaché la cabeza asintiendo, arropé a mis dos hijas y salí de la habitación.

No entendía nada, ¿Qué había hecho mal?

Lara no contestaba mis mensajes, la buscaba en su departamento, pero nunca la encontraba.

Lo único que podía pensar era que sólo fui un juego para ella, y me sentía deprimido.

En la oficina cualquier cosa me desquiciaba. Había vuelto a ser el malhumorado de siempre, me hacía falta Lara.

Añoraba su sonrisa, sus bellos ojos, su esbelta figura, su fascinante olor.

Cielos, la extrañaba tanto.

Me serví un vaso de agua fría y como si fuese vodka me lo bebí de una.

Quería explicaciones, ¿Acaso no significó nada para ella el estar juntos?

Para mi había sido maravilloso.

Y como si pudiera devolver el tiempo, recordé aquello.

Hace unas semanas había visto a mi ex esposa. Me había pedido hablar de nuestras hijas, yo no quería acceder, pero ella fue a buscarme hasta la oficina.

Salimos por un café, y efectivamente hablamos de nuestras hijas. Ella las amaba, yo le creía. Quería volver a conquistar su cariño, y quién era yo para negárselo. Estuvimos hablando del pasado, recordando los momentos con cada embarazo.

Y yo solo podía pensar en Lara, en ella embarazada de mí. Y yo cuidando de ella, era la imagen perfecta. Y en ese momento sonreía como bobo.

Sentí en aquel momento que nos observaban, pero no vi a nadie al rededor.

Supe que eso había sido eso, ella nos había mirado.

Me sentí más imbécil por no haberlo imaginado.

Esta vez tomé la botella de vodka y le di un gran sorbo, definitivamente no se sentía como el agua.

– Papi, no puedo dormir. —se acercó Casey, restregaba sus manitas sobre sus ojos.

Dejé la botella y me acerqué a mi pequeña hija.

– ¿Qué pasa mi vida, tuviste una pesadilla? —Casey se abrazó a mi cuello mientras yo la levantaba entre mis brazos. Asintió despacio.

– ¿Puedo dormir contigo? — pregunto adormilada.

– Siempre pequeña.

La acosté con cuidado, arropándola y acostándome junto a ella.

– Papá, extraño a Lara. — dijo adormilada, me sentí aún más nostálgico.

– También yo mi vida, también yo. —dije con cansancio.

– Papi, has que regrese. Tú la amas has que vuelva por favor— Lo último lo dijo ya sin fuerzas.

Sabía que se había quedado dormida, todo el día estuvo jugando y ahora descansaba.

Pero lo último que dijo hizo que se me acelerará el pulso.

Yo lo sabía, no necesitaba que mis hijas me lo dijeran.

Estaba enamorado de mi exabogada.

Estaba malditamente enamorado de Lara.

Y la recuperaría a como diera lugar, porque meapellidaba Vahamonde.






Alexa C.V







































Porque el público lo pidió, un capítulo narrado por Killian 😘❤

Muchas gracias por votar y comentar ❤ Ustedes hacen de esta historia.

Gracias.

Alexandra Cuevas.

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora