#ESPECIAL.

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#ESPECIAL. Con mucho, mucho cariño.

Viajar a Inglaterra con Nay no había sido muy divertido como había creído, los niños no dejaban de mandarme mensajes acusando a su padre por cualquier cosa que hacía. Mi pobre ángel que podía hacerles a las criaturas, Darice estaba en su ultimo año de instituto, Casey siempre salía a jugar con sus amigas, Arali ya estaba en el prescolar pero no le gustaba ir porque los niños siempre querían jugar mientras que el disfrutaba leer las leyes de la física, me había sorprendido un día que fuimos a la librería.

Persiguiéndome para que le comprara El gran diseño de Stephen Hawking, un libro que habla de la física cuántica. El mostraba tener un iq elevado pero Killian quería dejarlo un año más para que disfrurara un poco más de la niñez normal antes de que se convirtiera en un genio. Estaba orgullosa de mis hijos, de los mellizos que eran un caos Addi es malhumorado y berrinchudo y Ada tan risueña y torpe, a sus casi tres años son la alegría del hogar y el causante de que Arali pase a veces mas tiempo con Nick porque los mellizos hacen un desastre por todos lados.

--Sra. ¿Le ofrezco algo de toma? —la azafata me miraba amable, y yo casi era un mar de lágrimas porque los extrañaba.

--Estoy bien, gracias. Pero si me gustaría saber en cuanto tiempo aterrizamos.

--En 20 minutos. –asentí y me recargué en mi asiento viendo como Nay dormía plácidamente en el asiento del jet.

--Parece que la vida de casada te gusta. —susurró la pelinegra aún con los ojos cerrados.

-- Adoro a mi familia Nay, y nunca había estado tan lejos de ellos. —refunfuñé.

Si no fuera porque Eileen tiene este evento al que nos había invitado nunca me habría alejado más de 20 kilómetros.

--Te envidio. --volvió a susurrar.

--Eres exitosa Nay, eres hermosa y sobre todo fuerte.

--Pero estoy sola –me interrumpió antes de que siguiera hablando. –Al llegar a mi casa no hay nadie.

--¿Peleaste con el?— sonreí cuando chasqueó la lengua. --¿Problemas en el paraíso?

--Bueno yo no diría problemas, más bien secretos. Y vuelvo a sentirme insegura e indecisa como siempre.

Entendía como debía sentirse, había terminado a los veintiséis en una casa con un gato y mucho éxito. Pero volvía a conocer a otro tipo, además que había decidido hacer el viaje porque Poki había muerto ya, sabía como se sentía, también había muerto mi pez hace dos años el Sr Porki ya estaba en el mar de los peces.

--No es tu culpa y lo sabes, a veces los hombres pueden ser unos malditos imbéciles.

Asintió dándome la razón.

(***)

--OH POR DIOS—gritó Eileen corriendo hacia nosotras que bajábamos del jet.—Hielo y torpeza.

Reí a carcajadas abrazándola, se veía como siempre; deslumbrante e inalcanzable.

--Pero si es el sarcasmo andante—sonrió con burla Nay uniéndose al abrazo.

--Me aprietan sus egos—dije yo soltándome.

Ellas siempre habían sido así narcisistas y se amaban por eso, mientras que yo era la que les daba sopapos cuando no podían ver mas allá de su egolatría.

--Lo siento—dijeron ambas al mismo tiempo.

Se miraron con los ojos achicados, si no fuera porque una se apellidaba Knight y la otra Coppola juraría que eran hermanas. Además, que los padres de ellas no se llevaban muy bien, eso hacia su relación interesante y estimulante. Palabras de ellas mismas.

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora