Capítulo veintiuno

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Al separarnos, ella me observó con una mirada recriminatria, diciendo; Me he pasado días esperando un mensaje.

Apenada, murmuré; Lo siento, tuve muchos inconvenientes.

Chase carraspeo ruidosamente, llamando nuestra atención. Lo observé, dándome cuenta en el proceso la mirada de sorpresa de todos los presentes.

—¿Se conocéis?

Marina le sonrió, pasando un brazo por mis hombros.

—Nos conocimos en una discoteca. No recién, claro.

Chase arqueo una ceja en mi dirección, comentando; Claro, es que tú eres ese tipo de chicas, al igual que Marina.

Un silencio se hizo presenté en la sala, en el cuál solo fui capaz de observar la retadora mirada que le echo Dylan a su hermano, quién incomodó, al instante aclaró su comentario.

—Digo, me refiero a chica fiestera.

Marina le dedicó una sonrisa irónica, para luego sacar su dedo de en medio, en su dirección. Decidí salir cuánto antes de la situación, que de a poco se tornaba incómoda.

—Vale, me ducho, y vuelvo con todos.

Marina retiró su brazo de mis hombros, para permitirme ir.

—Hazlo rápido, y así nos da tiempo de hablar un poquito antes de irme.—Me pidió la rubia.

—Claro que sí.

Con una sonrisa, me giré hacía mi habitación. Mi cuerpo inevitablemente se desentenso al sentir la comodidad de mi lugar preferido. Mi habitación.

Entré en la ducha lo más pronto posible. La verdad era que quería hacer charla con Marina, me hacía mucha ilusión conocerla más, y hacerme su amiga.

Era muy interesante su manera de ser, muy parecía a la mía. O a quién solía ser yo, ya que últimamente como que sentía que de a poco perdía mi escencia, mi verdadero yo.

Fuera de la ducha, seque mi cabello, para vestirme luego con algo sencillo como un vestido.

Para cuando abrí la puerta de mi habitación, una melodía llego hasta mis oídos, y reconociendo la canción al instante, comencé a disfrutar de can we miss forever? De Kina con Adrina. Vale, al menos la canción me gustaba. Continúe saliendo hacía la sala de estar,  encontrado dos personas más en el departamento.

Una chica y un chico.

Vale, ¿qué era esto, una puta reunión de amigos, y yo no me había enterado?

Observé a Jaz quién seguía sobre las piernas de su novio, hablando con una chica que estaba en el sillón de su lado. Marina, hablaba con Dylan, y él chico, que desconocía totalmente.

Sin saber muy bien hasta donde ir, me decidí por ir hasta donde Marina. Después de todo fue ella quién me pidió hablar un poco antes de irse.

Ella levantó la mirada riendo, y al verme, un gesto de sorpresa se reflejó en su rostro, para aún con la risa, comentar; Estoy contando sobre nuestro beso, y a que Dylan no se lo quiere creer. Confirma tú que si sucedió, por favor.

Dylan no me dirigía ninguna mirada, lo cuál me molestó. Él solo se limitaba a tomar de la cerveza que tenía en su mano.

—Pues si que lo recuerdo.—Me crucé de brazos con una sonrisa, aprovechando la situación para picar un poco más a Dylan.—Ha sido el beso de mi vida, niña.

Ella me dedicó una sonrisa llena de sensualidad. Le eché una mirada a Dylan, quién sostenía su cerveza mirando un punto fijo; La chica que estaba hablando con Jazmín.

Alma gemela Where stories live. Discover now