Capítulo cinco

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—¿Todo bien con tu mamá? Cariño.

Diez minutos después, junto con Dylan ya estábamos de regreso en la mesa, ya habían retirado la comida, lo único que teníamos servido era una copa llena de vino blanco.

—Todo bien, gracias por preguntar seño..direct..Scott.

Madre mía, ¿qué trabalenguas acaba de soltarme? Pronto escuché la risa ahogada de Dylan por lo que le dediqué de mis peores miradas. Su madre intervino al instante comentando; Solo dime Dayana.

Aunque claro, pesé que ella se había presentado anteriormente, ya sabía yo que ella se llamaba Dayana, pero no me parecía tutear, para nada.

—¿No te haces notar mucho, cierto? Es que aunque la universidad es grande, y por supuesto no los conozco a todos, ciertas caras si las recuerdo, pero a ti nunca te había visto por los pasillos.

No me sentí ofendida por su repentino comentario, la verdad es que yo era una excelente estudiante, no me hacía notar mucho frente a los profesores, por malas notas o desobediencia.

—La verdad es que no, me limitó solo en ir a estudiar y charlar en mis tiempos libres con mi mejor amiga, Jazmín.

Por el rabillo del ojo observe la expresión que me lanzo Dylan, una muy de —Maldita mentirosa.— por otro lado, su madre me sonrió.

—¿Jazmín Ray? Es la hija de nuestra mejor amiga de la infancia, Many.

Me sorprendió que la directora fuera mejor amiga de la tía Many, ya que ella ha sido la mejor amiga de toda la vida de mis padres, se han de conocer, más sin embargo, preferí no comentar nada.

—¿Fue amiga de la tía many? Vaya sorpresa.

Ella le dedicó una sonrisa a su esposo, el cuál le correspondió el mismo gesto, diciendo sin palabras, millones de historias reflejadas en sus miradas.

—Éramos un grupo de amigos, siete para ser exactos. Many, Josep, Scarlet, Gerard, James, Dayana y yo.

El papá de Dylan al responderme, lo hizo con una sonrisa, como si se estuviera teletransportador aquellos tiempos. Yo por mi parte, me sorprendí.

—Vaya, no sé si es concienfencia, pero mis padres se llaman Scarlet y Gerard.

Ambos me miraron con sorpresa en los ojos, yo por mi parte sonreí con incomodidad.

—¿Eres Madison Somers? —Respondí con un sentimiento.

La mamá de Dylan, el cuál permanecía en silencio, por poco derrama su copa al dar un movimiento de emoción.

—¡Tengo que encontrarme con tus padres, vaya emoción que nuestros hijos estén saliendo!

Mi rostro se giró furtivamente a Dylan, el cual quedó con su copa a medio tomar, suspendida en el aire. ¡Esto me pasa a mí por ser buena persona! Nunca debí aceptar esta cena, debí dejar que Dylan se jodiera saliendo con una loca.

—Mamá.. Pero que madre mía, está es solo nuestra primera cita.

—Cariño, así comenzamos tu padre y yo.

Mi Dios, ya podía ver por el reflejo de los ojos de Dayana, como nos veía a Dylan y a mí caminando al altar.

¡Que estoy exagerando, pero ella me pone de los nervios con esos comentarios!

—Cariño, mira como los niños están pálidos, no lo asustes todavía con el matrimonio.—Para mi fortuna intervino el señor Adam.

La señora Dayana comenzó a reír, tomando un sorbo de su copa, para comentar rendida; Bueno vale.

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