VII: Fear Will Fine You

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Bruce Wayne no es un estúpido. Sabe que ha corrido con demasiada suerte, y que esta no puede durar mucho tiempo más. Con la batiseñal iluminando el cielo de Ciudad Gótica, el héroe se viste una vez más en su emblemático traje blindado en kevlar y fibra de carbono; y mientras lo hace no puede evitar pensar en sí mismo, en las palabras de Alfred y sobre todo en Bane; la amenaza a quien solo ha visto en sueños, y como rayos que vienen a su memoria apenas cierra los ojos.

¿Cuánto tiempo más puede durar así? Siempre al borde del precipicio, siempre a segundos de caer.

Bruce vacila. Su mirada se fija en el piso mientras sus manos se quedan inmóviles al sujetar su bota izquierda. Apenas puede creer estar invadido por el miedo, sus entrañas se revuelven violentamente.

Es miedo a salir de nuevo.

Temor a que sea él quien le espera detrás de aquel llamado. Con el resto de los criminales encerrado, ¿de quién más podría tratarse?

¿Cómo él, Batman, iba a tener miedo? Era inaceptable, al menos para Bruce. Gótica requería ahora más que nunca al héroe fuerte, no al hombre aterrado debajo de la máscara.

Se exige a sí mismo hacerle frente a la tempestad, e indoblegable ante el miedo. Si esta noche no acude al llamado, después de haber sido vencido por su propio cuerpo y quedado indefenso frente a Gordon... no quiere siquiera pensar en lo que esto podría resultar.

Bruce comienza, y está convencido de que su incertidumbre es tan falsa como la dopamina que ha circulado en su cerebro. Conoce de sobra los efectos adversos de su infame decisión; el bloqueo de dopamina, la anhedonia y la desmotivación que la supresión de sus vías noradrenérgicas le han causado, los efectos en su nivel de alerta, vigilancia y atención.

Sabe que necesita crear una estrategia para sí mismo que recompense su déficit cognitivo sin tener que recurrir una vez más a cualquier sustancia en el catálogo de los psicoestimulantes.

<<¡Concéntrate!>> Se reclama a si mismo para terminar de vestirse. Las manecillas del reloj avanzan y no pretenden esperarle. Es ahora demasiado tarde para crear cualquier plan de contingencia, y ruega que en verdad, solo se trate de un crimen sencillo.

Pero sabe, aunque trate de hacerse el estúpido, que no es así. No le hubieran llamado de serlo.

Y pisa a fondo al acelerador. Quiere estar tan lejos de la cueva tan pronto como pueda, quiere estar fuera y no tener forma de regresar con la piel piloerecta bajo el traje. ¿Qué seguía después de capturar a todos criminales de Arkham? Sus intuiciones casi nunca fallaban. Su depredador no tardaría mucho en hacerle frente. Y le aterra no estar listo para cualquier ataque.

Necesitaba del venom.

Si era preciso excavaría hasta debajo de la tierra por más dosis y no dudaría en detenerse hasta encontrar al traficante que pudiera conseguirla, y solo así...

<<¡Bruce, no!>>

Sus manos se aferran con fuerza al volante y su mirada se clava en el camino como si no supiera hacer otra cosa. Su conciencia le recrimina y no puede tomar otra forma que en la voz de Catwoman. Por primera vez se pregunta qué le diría ella si pudiera, y no tiene que imaginarlo pues conoce la respuesta. Le estaría abofeteando, le haría detenerse a como diera lugar, le confrontaría; y a diferencia de Alfred, no tendría reparo en hacerle sentir como una escoria; deletrearle lo que era y se quedaría mientras la tempestad le hiciera descender hasta el fondo de su tormento, sin importar que también le arrastrara en su camino.

Cuando llega al lugar, que es una antigua fábrica de textiles en completo abandono, un tumulto de personas se encuentran afuera. Desde dentro del Batimóvil puede observar sus expresiones, serías, largas, rígidas pero que pronto empiezan a tornarse en una cálida expresión al verle llegar. Todas esas miradas se clavan en él en el momento en que baja del auto y cierra de un golpe la portezuela, a la vez que le observan de abajo a arriba, con asombro e intriga, como si se tratase de un ente sobre natural que se ha presentado para ellos.

Batman KnightfallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora