El pequeño hizo una mueca muy parecida a la Wei WuXian, con las cejas fruncidas y los cachetes inflados. El hermano JingYi le gustaba porque era muy divertido estar con él y siempre se reía cuando hacían bromas juntos, pero a veces llegaba a odiarlo un poquito.

—¡Tú solo te aprovechas del trabajo de mi hermano mayor para decir que es tuyo! —lo acusó—. Yo te vi durmiendo mientras mi hermano trabajaba en el regalo. —levantó la barbilla, sonriendo victorioso haciéndose el vencedor de aquella discusión.

Tensándose, JingYi lo miro igual ceñudo, formando un puño con la mano.

—¡T-Tú, mocoso...!

 —¡Ya, ya, no peleen! —SiZhui intervino entre ambos—JingYi no deberías pelear con un niño...

—¡Pe-pero!

—Y A-Lin, no deberías hablarle así a tus mayores. ¿Acaso olvidaste las reglas? ¿Debería decirle a padre que necesitas repasar todas las cuatro mil reglas?

—No... —se volvió hacia JingYi—. Hermano tiene razón, estuvo mal que hablara de esa forma... —inclino la cabeza, así ninguno noto la sonrisa maliciosa que curvo sus labios—. A-Lin se disculpa por haberle hablado así al anciano de la Secta.

—Muy bien, mocoso. Aprendes ra- —JingYi que hasta ese momento asentía aceptando sus palabras con gozo, se detuvo al escuchar la última parte—. ¡Oye! ¿A quién llamas anciano? ¡No soy tan viejo!

—Vejestorio. 

—¡Ya veras cuando te atrape!

SiZhui disimulo la risa, desviando la mirada.

—Vamos, JingYi. Padre no debe tardar en llegar con mamá al lugar... 

—SiZhui no soy viejo, ¿verdad? Estoy en mi mejor momento, ¿cierto? ¡¿Cierto?! —lloraba JingYi dejándose llevar.

~*~*~*~

Wei WuXian se encontraba en el Jingshi, sentado en posición de loto frente a la entrada con los ojos meditando un poco. Había pasado una mañana bastante aburrida solo en el Jingshi, sus chicos lo habían abandonado ese día y ninguno se mostró por el lugar. Hasta su pequeño A-Lin prefirió irse con sus hermanos que quedarse con él. 

Su tiempo de meditación se interrumpió al escuchar la puerta deslizarse. Elevo la mirada conectando sus ojos con los de su esposo, al instante una perezosa sonrisa apareció en su rostro, mientras alzaba los brazos demandando ser cargado.

Por supuesto, Wangji no tardo en llevarlo a sus brazos, dando relajantes caricias en su espalda.

—¿Cómo te sientes? —preguntó un poco preocupado.

Wei WuXian acarició con su nariz a lo largo del cuello de Lan Wangji, suspirando de gusto.

—Mucho mejor. Ya la fiebre desapareció por fin... entonces —bajo la voz, trazando círculos en su pecho sobre la ropa—, me preguntaba... ¿Ya puedo salir de aquí? —lo miro directo a los ojos.

Desde que pesco un leve resfriado durante una cacería nocturna, fue puesto bajo reposo completo por insistencia de todos, obligándolo a quedarse en el Jingshi hasta que se curara por completo. Sin un solo bocado de su amada comida picante y sin sorbo de su sonrisa del emperador, fueron los cinco días más torturadores de su vida. Lan Zhan llego al extremo de vacías su reserva para estar seguro de que no tomara nada en su ausencia.

—Mn. —asintió.

—¡Vamos, Lan-Ergege, no se-! ¿Dijiste que sí? —separó los labios sorprendido. Estaba preparado para rogar que lo dejaran salir, nunca espero que Lan Zhan accediera tan rápido.

One-Shot's WangXianحيث تعيش القصص. اكتشف الآن