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—Buenos días —saludó sorprendiendo a la señora en silla de ruedas— déjeme ayudarla

Poco a poco iba mejorando gracias a las medicinas y las vitaminas que le proporcionaba el doctor y con ello volvía a tener más control de sí misma lo que conllevaba a sufrir menos desmayos, mareos y a no tener tanto sueño es por ello que pudo percatarse que todos los días, muy temprano por la mañana, era la señora Kumiko quien preparaba todas las comidas del día así que hoy logró levantarse a tiempo para ayudar.

Ambas trabajaron en silencio, la albina le alcanzaba las cosas que se le hacían difícil de conseguir a pesar de que aquella cocina había sido adecuada para la condición de la señora, la señora Kumiko por su parte solo atinaba a observarla fijamente, estaba feliz de estar con ella.

—G-Gracias —agradeció con cierto nerviosismo

La albina hizo una reverencia —¿Necesita que le ayude con algo más?

—N-No, no te preocupes

—Bien —hizo una nueva reverencia y se retiró del lugar

El resto del día volvió a ser volvió a ser como ya estaba acostumbrado, era el último día libre antes de aceptar su nuevo papel como compañera de un héroe.




—Recuerdas todo ¿verdad?

—Si señor Kozume

—No podrás usar "sanación" por cierto tiempo, al menos no en tu estado actual así que no hagas ninguna locura.

—Está bien señor Kozume

—Tampoco podrás usar tu quirk, no en tu estado actual, de lo contrario no lo podrás controlar y serás descubierta.

—Entiendo señor Kozume

—¿Comida?

—Tres veces al día más dos meriendas al medio día y a la media tarde.

—¿Vitaminas y medicinas?

—Después de cada comida

—¿Agua?

—Dos litros al día

—¿Sabes cómo irás?

—Si, creo

—Entonces crearé tu hoja de vida.

—Gracias señor Kozume.




Al día siguiente, luego de ayudar a la señora Kumiko, se apareció completamente disfrazada, un largo cabello azabache con algunos cabellos que caían como flequillo y ojos grisáceos acompañados de un leve maquillaje, traje formal y tacones ligeramente altos.

Al verla se quedó atónito, era increíble la facilidad de aquella jovencita para convertirse físicamente en alguien totalmente diferente. Ya había ganado algo de peso lo cual le ayudaba a que no se notara tan delgada, además que su altura le favorecía mucho al interpretar a alguien mayor; sin embargo, su esposa notó algo que la ponía en desventaja.


—Debemos cambiar el maquillaje —y sin esperar respuesta, avanzó hasta la joven haciendo que diera un paso atrás como reflejo y dejando sorprendido a su esposo— por favor, déjame ayudarte.

La albina la observó detenidamente y asintió lentamente con la cabeza —Por favor.







—No olvides lo que te dije —mencionó el hombre mientras detenía su vehículo frente a una gran construcción— no hagas nada alocado, el hospital no está muy lejos así que puedes avisarme para recogerte.

PLEASE // SAVE ME - BNHAWhere stories live. Discover now