Volver a empezar

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Para todo hay un tiempo
en esta vida de apresurados
y mansos que heredarán
probablemente poco y nada.

Los finales son como ese
nudo en la madeja que
de tan apretado o parecido
al resto cuesta distinguir.

Los finales son como esa
gota que cae a la tierra sedienta
y se funde con ella humedeciendo
de vida con su propia muerte.

Los finales son tan principios
que a veces uno no sabe donde
comienza y donde en verdad
termina algo, o si lo hace.

Para algunos esa metáfora fue
la rueda, el círculo, o el infinito
de una serpiente cruzada que
devora su propia cola.

El eterno retorno de lo mismo
alemán, o la causalidad y
casualidad jungiana. Quizá
dos cara de lo mismo.

Principios y finales que implican
volver a comenzar algo para terminarlo
eventualmente y saber que quizá se está,
en ese mismo instante, comenzando otra cosa.

La idea del final conectado al
inició nos ha impedido ver,
como el gran paisaje que
cubre al mendigo de la esquina.

A medio camino de la nada y
el todo está la decisión.
Como la nube sin forma,
como la palabra sin voz.

Afirmo y creo que se puede
volver a empezar. Más no
siempre se debe volver a
empezar.

Nosotros sabremos -tiempo mediante-
si este era uno de esos casos. Si actuamos
de buena fe y nos acompañó la suerte, o
si tan solo fuimos un final que volvía a empezar.

Poesías de la cuarentena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora