Arte útil

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En el día diez me encontré con la historia
de un demente policía poseído por el mal.
Y una excelente frase central: Dios, a veces,
nos obliga a vivir, y esa es su crueldad.

Lo que pensé fue que a veces nos obliga
a mirar, y esa su crueldad. Después me
cuestioné, ¿Si nos gusta mirar, no es esa
nuestra crueldad?

Para el día quince distendí la mente con
la historia de un abogado dispuesto a no
perder frente a esos que tuvieron mejor suerte
Y sin darse cuenta cae y cae, pierde y pierde.

Si quieres saber como es un día en la vida
de alguien con mala suerte entonces entiende
que un diamante en bruto surge del barro
y la tierra para ir a terminar en manos de los hombres.

El valor de un libro se mide en el espectro
de dos grandes posibilidades. Leo sobre
aquello que viví, o leo sobre lo que quiero vivir.
"The Stand" (apocalipsis) es un buen ejemplo.

Vencidas ciertas resistencias
vuelvo a la guitarra. Al ronroneo
de las cuerdas sobre el aire de
una habitacion silenciosa.

Lleno con música estas prosas
tocando como un adicto a la
masturbación. Para mi mismo.
La mano sube y baja y con ella el ritmo.

Hoy compuse una canción,
dejándome llevar por el momento.
Seguida de un do bemol, viene
el sol en acometida y la letra dice:

"Así, me despierto otra vez así,
con el ruido de afuera así, y vos
no estás aquí".

¿Por qué uno canta de amor
en la tragedia? ¿Por qué uno
canta de amor para empezar?
Día treinta, las preguntas no cesan.

Descubro finalmente la contradicción
entre los que odiaban y no soportaban
el estilo del arte y la expresión gratuita
que ahora pugna por disfrutar.

La verdad del asunto, intuyo, es que
se desnuda en ellos algo de lo que no
es preciso sentir orgullo. La envidia que
corroe por no poder hacer-lo-suyo.

Vuelvo a las poesías del señor
Chinaski cuando encuentro una
publicación póstuma. Seguro el
viejo se ríe del mundo ahora mismo.

Y escribe un poema con dedicación para
todos los que no soportan un poco
de aburrimiento sin distensión.
Para los que necesitan contención.

Y la encuentran allí donde antes
escupieron y golpearon, como un
hombre que solo saber mirar con
desprecio a todo aquello que lo rodea.

Poesías de la cuarentena ©Where stories live. Discover now