Reir

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Ese placer que se esconde
tras un cristal opaco.
Se difumina y no sabes
que se oculta detrás.

Eso que se intuye en ciertos
comentarios, recuerdos e imágenes.
Lo que se construye como un
puente entre las comisuras.

Un arte mejor y más provechoso
que el de escribir poesía. Un faro,
una guía, cuando la noche es fría y
el mundo muestra su cara cruel.

Un "no te rías más, que me río yo"
Virus raro y contagioso. Sanador.
Contraparte del llanto abrumador,
más alta en la jerarquía.

Reír es cosa mía pero también
de los otros. Es lenguaje abarcativo
humanizante y cercano, como un lazo
que entre hermanos une de por vida.

Y de reír se bastante, porque mucho
me he reído. Y cuando pasa mucho tiempo
y noto que no lo hago, me pongo triste, me apago,
y busco el humor nuevamente, como el amante recurrente
que niega estar enamorado.

En momentos de pena, me río.
En momentos de vergüenza, me río.
En momentos de rabia, me río.
En momentos serios, me río.

Ella me dice "no se cuando estas
hablando en serio y cuando no".
Se enfadan y se quejan con el pobre
que se ríe, y nada puedo hacer yo, más que seguir.

Porque si algo he aprendido
en una vida tan corta,
es que mejor es la sonrisa si
apura las penas del existir.

Poesías de la cuarentena ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu