Crónicas de la peste

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De repente el 12 de abril no fue una fecha más
y el viejo y querido país del nunca jamás,
donde nunca pasa nada, donde nunca volverá
a pasar, cambió por efecto del mercado.

El tesoro del siglo XXI reclamado por doquier,
un botín de papel higiénico y alcohol en gel.
La moda post guerra mundial volvió a un
mundo con menos guerra pero más mundial.

Resurgieron esas voces que aguardaban.
Auguran la revolución. La abolición del
injusto sistema. El reclamo es moral, político,
económico, social. El reclamo es total.

"Vacunas ya, vacunas para mi por favor
vengan ya los salvadores desde el norte
o desde el sur vengan ya, que sin ustedes
no podremos soportar más".

¿Qué será de nosotros, los que nos decimos
afortunados? ¿Cómo encajamos este golpe
al descubrir que se nos puede haber terminado?
Somos peces que nos caímos al hondo mar.

¡Que cómodos estábamos en nuestra pecera!
Ahora las burbujas estallan y nos rodean,
por fuera, estamos solos y el agua ya no es clara.
El sol, que lejos brilla como apagándose.

De por sí ya estábamos bastante jodidos.
De por sí este panorama ya no daba para
mucho más. Si era difícil vivir cuando no
había lugar, no cambió mucho ahora que lo hay.

Es interesante inventar que hubiera
sido de haberlo vivido alguien de
más atrás. Del pasado lejano donde
las cosas no parecían cambiar jamás.

De un mundo distinto a este, uno de
miedos y de secretos pero también
de mucha esperanza puesta en el
futuro. Ahora solo existe lo primero.

En el pasado de gripe española,
de peste negra, firmes esos cuerpos
supieron levantar desde las fosas
el nuevo espíritu de la humanidad.

Por azar más que malicia no dejaron
legado alguno. Parece que los escucho
decir: "ahora es su turno, no se puede
sobrevivir sin elegir".

Hoy ya no se escriben en diarios
personales. ¿Para qué? Si era muy
aburrido y mortificante tener que escupir
lo que uno mismo no podía deglutir.

Es mucho mejor exponerlo en ese
ventilador de intimidades que llevamos
al bolsillo desde la mañana hasta el
anochecer. ¿Lo hiciste hoy? ¿También ayer?

Las crónicas del futuro serán leídas desde
esas pantallas y hablarán de superficialidad
y mucha crítica social con descargos
personales y reclamos compra/venta.

Poesías de la cuarentena ©Where stories live. Discover now