Veintidós.

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~.Veintidós.~

Valentín.                              Maratón 3|3

— ¿Estás despierta?—Susurré sobre el oído de Juno, empezando a acariciar su pelo, ya estábamos hace como dos horas en la carpa, ella capaz que dormía pero yo no podía, suspire y dejé un besito sobre su nuca, pasando mi nariz para dejarle caricias.

No se despertó.

Iba a hablar otra vez pero no quise joderla, me había contado que estaba cansada porque estuvo muy ocupada con empezar a prepararse para la facultad y eso la estresaba, yo solo quería darle besos para que se desestrese.

Hice una mueca y seguí acariciando su pelo, bajé mis dedos por su hombro izquierdo y empecé a seguir un caminito de caricias hasta su mano que se encontraba apretando las sábanas, olí su perfume, dejé más besos sobre su nuca y la mimé mucho más aun que sabía que no me estaba sintiendo, me aburrí mucho, no podía dormir y era raro, nunca me costaba dormir con ella, capaz era porque ahora no me estaba abrazando.

Seguí un rato más así, hasta que me acordé de algo... la carta, me había dicho que la lea cuando este solo y sin ella cerca, pero no me aguantaba, además si la leía hoy iba a poder llenarla de besos mañana. Con todo el cuidado del mundo me alejé de ella, intentando no despertarla, me senté en el borde del colchón inflable y estire mi mano buscando mi celular, cuando lo encontré prendí la linterna y la tapé rápido con mi dedo.

Saqué la carta del bolsillo de mi buzo que estaba tirado ahí y mordí mi labio ansioso, y la desdoble intentando no hacer tanto ruido, cuando la pude abrir, alumbre con la linterna de mi celular sin sacarle el dedo.

"Valentín..."

— No la leas Valentín.—Escuché la voz de Juno media dormida, pegué un saltó y con todo el corazón a mil, la volví a guardar.—Curioso de mierda que sos, nunca más.—Murmuró entre dientes, me reí un poco y dejé el celular en el piso de la carpa, le puse una remera arriba así seguía iluminando pero no tanto.

— Perdón es que ya la quiero leer.—Me excusé volviendo al colchón, la volví a abrazar en posición cucharita y suspire.—¿Por qué no me dejas leerla?—Pregunté despacio, largó un quejido moviéndose hasta quedar en frente mio, abrió sus ojos y me miró con el ceño fruncido.

— ¿Por qué no te callas y dejas dormir?

Largue una risita y pasé mis brazos por su cintura, haciendo que sus piernas se junten con las mías.

— Me aburro, no puedo dormir.—Murmure en voz baja, hizo un pucherito chiquito y subió sus manos para empezar a acariciarme la mejilla, subió hasta mi pelo y empezó a hacerme mimos.—Gracias, sos hermosa.—Dije acercándome más a su mano, amaba los mimos, más si venían de parte de Juno.

— Dormite.

— ¿Alguna vez tuviste novio?—Pregunté de la nada, vi como abrió sus ojos sin entender, le sonreí subiendo las cejas y ella suspiró cansada, entonces entendí que capaz quería dormir.—Bueno, dormí tranqui.

— Tuve, ¿Por qué?—Murmuró en voz baja, como no queriendo romper la atmósfera de paz que había, me hundí de hombros y empecé a mirarla a los ojos.

— Tan linda y sin novio.—Bromeé haciendola reír un poco, giró los ojos y se pegó mucho más a mi. Empecé a subir mis dedos hasta su espalda para acariciarla y sonreí cuando se retorció largando una risa baja.—¿Qué te da cosquillas?—Preguntó volviendo a pasar mis dedos por su columna.

— Sabes que sí, tonto.—Dijo sonriendo, mordí mi labio inferior, acercándome para dejar un beso en su frente y me quedé pegado a ella, sintiendo el calor que me daba, uf, me volvía loco.

— Estás callada, re raro que estes callada, ¿Por qué estás callada?

— Valentín me despertaste y estaba durmiendo, ¿Sos tonto? Nunca mas duermo con vos.—Habló algo obvia, sonreí intentando no largar una risa y me giré para que quede arriba mio, la abracé por la espalda y la pegué mucho mas a mi.

— No me digas eso, a mi me gusta dormir con vos.—Dije con voz mimosa pasando mi nariz por su cuello, hice trompita para dejarle un beso, largó un ruidito hermoso que me hizo temblar.—¿Te puedo dar besitos?—Pregunté cerrando mis ojos.

Creo que nunca, desde que la conozco, le di besitos así, o ella me dio a mi, y querer besarla así o en otra parte hacía que todo se vuelva loco dentro de mi, como siempre o un poquito mas intenso.

— Eso ni si pregunta.—Murmuró largando una risa.

— Pregunto porque a mi los besos en el cuello hacen que se me pare, ¿A vos se te para?—Pregunté divertido, en parte no era mentira, era verdad que se me alteraban todas las hormonas con los besos en el cuello.

— Si pero no importa.—Largue una risa al escuchar su respuesta y cambié de posición, dejándola abajo de mi cuerpo, la miré por un rato levantando mis cejas y mordí mi labio.

— Acá el activo soy yo, nena.—Dije con voz gruesa, pero en voz baja para que no nos escuchen, las carpas estaban cerca y si nos escuchaban mañana nos iban a cargar, no quería eso.

— Tus diez centímetros no cuentan acá, nene.—Me imitó mordiendo su labio para no largar una carcajada, subí las cejas y me tuve que contener para no pasarme de la raya y hacer algo desubicado.

Ja si, diez centímetros mi abuela.

— ¿La querés ver? Chiqui, diez centímetros no son.—Murmure agarrando sus manos y subiéndolas arriba de su cabeza, las dejé ahí mientras bajaba mi cara a la altura de ella, la escuché tragar saliva y mi pulso se aceleró.

Sus mejillas rojitas me encantaban.

Porque Juno no es una chica de ponerse roja, pero conmigo a veces le pasaba, y eso bajaba toda mis barreras.

— Mentira hermosa, no la veas porque sino te vas a asustar de lo grand...

— Cállate tonto, me haces poner nerviosa.—Dijo safandose de mi agarre, se tapó la cara con las manos para que no la vea y con una sonrisa yo empecé a dejar besitos por todo su cuello.

— Dale reina.—Hablé sobre su cuello par que se quite las manos de la cara, subí hasta su mentón y me quedé ahí, dejando besos, también me calentaba un poquito darle besos.

Se fue sacando las manos de la cara lentamente mientras me miraba con el ceño fruncido, dejé un par de besitos más y le guiñe el ojo haciéndola reír.

— Aprende primero.

— Chu.—Me queje apartándome un poco, suspire y pasé mis brazos por su cintura, pero antes apagué la linterna para poder dormir bien, largue un bostezo y me quedé escondido en su pecho.

Ahí, tranquilo.

Pensando en cuando carajos me iban a dar los huevos para encararla.




























🌸🌸🌸
uy en este tampoco chaparon m re colgué, bueno van a tener q esperar a otro maratón dea

bueno gente, alto relleno ya sé, quería meterle un poco d bardo tmb asi q si m disculpan en el otro cap se viene lo shido

lxs kiero, cuidense y vamos menemm carajo

Chino ; WosKde žijí příběhy. Začni objevovat