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"Soy un monstruo."
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A falta de aire, ambos se separaron son una sonrisa en sus labios. Jane tenía las mejillas coloradas y James la misma sonrisa coqueta de siempre, pero esta vez era distinta; sus ojos tenían un brillo especial en los ojos. La pelirroja dirigió su mirada hacia cualquier otro lugar de la sala, sentía mucha vergüenza y la típica sensación de muchas Snitch revoloteando en su estómago.
– ¿Eso era lo que querías decirme? – Preguntó James con un tono de diversión en su voz, levantando el mentón de la chica con sus dedos.
– Me gustas, James. Me gustas desde que te vi en el tren con esas gigantescas gafas que hacían ver tu rostro desproporcionado –Ambos rieron.– Me gusta lo alocado que es tu cabello y que por alguna razón, sólo yo puedo domarlo. Me gusta tu personalidad, claro que eres engreído, bobo, idiota y sarcástico, pero aún así me gustas y ¡Joder! Podría pasar todo el día diciendo lo mucho que me gustas. ¡Y tengo unas ganas inmensas de golpearte en estos momentos por intentar sacarme celos con Evans!
– Espera, ¿Te gusta mi personalidad?
– Sí, también estoy sorprendida, Popotter.
– También me gustas, Dorothea...–Jane le lanzó un libro, James lo esquivó con facilidad.– ¡Estoy a punto de declararme y me lanzas un libro, mujer!
–¡Te dije que no me volvieras a decir Dorothea! –Exclamó Jane, arrugando la nariz.
– ¿Te he dicho que me gusta cuando te enojas? Eres tan jodidamente adorable cuando arrugas la nariz o cuando estás nerviosa y juegas con los mechones locos de tu cabello. Y soy un completo idiota, por no darme cuenta antes que eres más increíble que encontrar la Snitch a los 5 minutos del partido. ¡Además tienes 3 nombres, eso te hace aún más increíble!
– Sólo tú podrías comparar una chica con un partido de Quidditch, Potty.
– Haré como que no escuché eso. Dijiste que te gustaba mi personalidad y eso incluye mis ocurrencias –Tomó la mano de la pelirroja y la entrelazó con la suya, moviendo ambas como si de columpios se tratasen– ¿Y qué pasó con Saucet? –Enarcó una ceja.
–¿Celoso, Potter? –Se acercó a James, casi rozando sus labios.
– Mm, para nada –Cortó la distancia entre ambos y nuevamente, se besaron.
Cabe recalcar, que estuvieron toda la tarde entre beso y beso. La tarde se hacía presente y el sol se escondía entre las montañas del paisaje Escocés.
– ¡Merlín! Ya será la hora de la cena, debemos irnos –La pelirroja tomó la mano del azabache y lo condujo hasta la salida de la sala de Menesteres.
– ¡No respondiste la pregunta, Bennett!
Ambos salieron de la sala de Menesteres riendo y jugueteando, hasta que una grito los hizo sobresaltar a ambos.
–¡Jane Elizabeth! ¿Sabes dónde está Remus? –Un agitado Sirius apareció de pronto, sacudiendo a Jane por los hombros.
– ¡Lo hemos buscado por todas partes! –Exclamó Peter mirando a la pareja con desesperación.
– ¿Cómo que no saben dónde están? ¡Pero si Remus es el que los busca siempre!
– Lo sabemos, Cornamenta, pero de un momento a otro ¡Pum! Desapareció el desgraciado.
– ¿Me pueden recordar en qué día estamos del mes, por favor? –Preguntó Jane, como si estuviera olvidando algo.
– ¡No es momento para tu ciclo menstrual! –Exclamó James con las gafas torcidas, Jane rodó los ojos y las devolvió a su lugar.
– ¡Ciclo! ¡Ya sé dónde está, adiós! –La pelirroja dejó al trío y corrió tan rápido que su cabello lucía perfectamente como una llama de fuego.
– ¡La hemos perdido también, ahora perdimos a Jane! –Exclamó Peter mientras se tiraba los mechones de la cabeza con desesperación.
(...)
– ¡Remus John Lupin Howell, más te vale estar vivo! –Gritó la pelirroja mientras corría hacia su mejor amigo. Remus se asomó por el tronco del árbol, tenía los ojos llorosos y las cicatrices de su rostro deslumbraban a causa de las lágrimas– Oh, Remmie...
– No, Jane. No te acerques, soy un jodido monstruo –Murmuró dejándose caer al césped, ocultó su rostro mientras sollozaba. Jane, también con lágrimas en los ojos, se sentó en frente de él acariciando su cabello.
– ¿De qué hablas, John? ¡Eres la persona más increíble que he conocido! Eres perfecto, Remmie. Eres una persona increíble, te mereces la gloria eterna. ¡Eres tan increíble como encontrar la Snitch a los 5 minutos del partido! Brillas por ti solo, Remus...–Quitó unos mechones que impedían ver sus ojos– Y tu condición no te representa como persona, eres mucho más que un hombre lobo, eres un hombre increíble, un mago extremadamente talentoso y un amigo maravilloso, Remmie.
– ¿Y qué hay de mi vida fuera de Hogwarts? ¿En serio crees que alguien se querría acercar a mí para formar una familia? –Susurró mirando la luna, la cual estaba en su estado creciente, lo que significaba que la luna llena se acercaba.
– Así que eso es lo que te preocupa, eh –Jane se acercó a él y lo atrajo hacia su pecho, abrazándolo como un niño pequeño que acababa de tener una pesadilla– Escúchame, Lupin. Mereces a alguien que te ame con cada latido de su corazón –Remus sonrió un poco, hace un tiempo él le había dicho esas palabras a la chica– Y quien logre captar tu atención, será la persona más afortunada del mundo. Tendrá a su lado a un hombre increíble, ¡Porque eso es lo que eres! Y admiro tu fortaleza de levantarte todos los días con un motivo nuevo para sonreír. Saldremos juntos de esta, como lo hicimos el mes pasado, el antepasado y así desde segundo año, y espero que sigamos juntos por muchas lunas llenas más.
Remus sonrió y Jane le quitó las lagrimas de los ojos.
– Gracias, Jane, no sé cómo agradecerte...
– ¿Qué te parece si me agradeces dejando de comerte mi chocolate? –Jane sonrió y Remus hizo una cara de "yo no fui". En realidad, a la pelirroja no le molestaba en absoluto, si compraba tanto chocolate era porque sabía que su mejor amigo tenía cierta obsesión con ellos, así que los "escondía" y esperaba a que desaparecieran.
