VIII

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Eric.

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- Señorita Bennett, creo que no está vestida adecuadamente para esta clase, ni para cualquiera otra -la regañó la profesora de Herbología, la anunciada abrió los ojos como platos y miró su vestuario una y otra vez- Puede ir a cambiarse si qui...

- ¡Gracias! -interrumpió la pelirroja y la profesora negó con la cabeza, esa chica ya iba en sexto año y aún no maduraba.

La protagonista salió disparaba a su sala común, empujando a varios de los alumnos que pasaban por ahí, claramente les ofrecía una disculpa. Se cambió rápidamente y, a pesar del retraso, la profesora la dejó pasar. Tomó unos raros uniformes que la profesora y se lo puso a protestas. Sus amigos, quiénes habían llegado unos diez minutos después de que la pelirroja hubiera ido a cambiarse, rieron, lo que provocó una mirada fulminante de parte de la merodeadora.

- Vamos Jane, no puedes estar así toda tu vida -codeó a su mejor amiga el animago Black.

- Dejaré de estarlo cuando tu cabeza tenga un precio de dos mil galeones-respondió en modo de broma, con su varita levantó una clase de tierra, que se encontraba en el mesón, esta era muy parecida a musgo, sólo que café y con un olor increíblemente molesto, la dejó caer sobre la cabeza de su amigo perruno pero este fue más ágil y puso a Peter.

- ¡Canuto! -exclamó una enojada Jane, le había arruinado la broma.

- ¡Farista! -la regañó Remus, el cual era el único que se preocupaba de la materia.

- ¡Lunático! -esta vez exclamó James, en verdad quería ver a Sirius con ese asqueroso musgo.

- ¡Cornamenta! -expresó Sirius con una cara de afligido, claramente falsa.

- Eh, chicos... -habló el pequeño Peter tratando de llamar la atención de sus amigoS.

- ¡Ahora no, Colagusano! -Jane le hizo una seña de "luego hablamos, estamos ocupados" y siguió discutiendo. Jane discutía con Sirius por haberse corrido y que ahora por su culpa Peter tenía tal asquerosidad, luego estaba Remus que regañaba a Jane por la broma, después del hombre lobo estaba James, quien le decía a Remus que era un aguafiestas; finalmente estaba Sirius, que se encontraba totalmente indignado. Ninguno se dio cuenta que uno de sus merodeadores se desmayaba a causa del olor que lo agobiaba, era muy parecido a gases tóxicos. Finalmente cayó al suelo.

- ¡Colagusano! -exclamó un sorprendido y preocupado Remus.

- ¡Te lo dije, Sirius, tú lo hubieras soportado!

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora