Calum

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—Gracias, eres el mejor. Te quiero—deja un beso en mi mejilla y se levanta, dejándome solo, sentado en los escalones.

La sigo, y la observo mientras entra en un auto; aparto la vista cuando ella acerca su rostro hacia el del otro.

Suspiro y juego con mis manos; noto que la puerta se abre, pero lo ignoro.

—Esto no te hace bien. ¿Cuándo dejarás de ser un maldito masoquista, Hood?

—No lo sé, Michael—decido evitar la mirada que me estaba dando.

Se sienta junto a mí, donde minutos antes se encontraba ella, reclinada sobre mi.

—Ten—dice, extendiéndome una botella de cerveza; la tomo y doy un largo trago.
Observo en silencio la calle, dándole vuelta a sus palabras.

—Entonces—giro mi rostro para observarlo; él hace un ademán con la mano—. ¿Te quedarás aquí sentado lamentándote cuando ella regrese? Tenías la a oportunidad perfecta para decirle todo y tenerla a tu lado.

Niego con la cabeza. —Nunca es el momento indicado, Michael. Se le notaba en la cara que quería ir con aquel tipo.

—Es que no lo ves, ¿no?—niega con la cabeza—. Tendrías que haber visto su cara cuando recibió la llamada del otro; yo estaba enfrente de ella, no le agradó pero aceptó.

—Como si fuera tan sencillo—replico molesto—. Es fácil decirlo para ti porque tú ya tienes a tu chica—rueda los ojos—; tú no tuviste ni tienes que sufrir porque ya es tuya y sabes que te ama como tú la amas a ella.

—Entonces, dícelo de una maldita vez.

Bufo.

—¿Quieres que vaya y le diga que la amo desde que la vi por primera vez; que me es imposible no pensar en ella, por mínima que sea la cosa?—digo entre dientes—. No sabes lo que es verla marcharse y sentir la impotencia de no poder hacer nada para retenerla, porque sabes que ella no siente lo mismo por ti.

Me quedo en silencio, mirando la botella.

—Prefiero estar así y saber que ella es feliz con otro, aunque cueste mi propia felicidad.

Imagina; 5SOSWhere stories live. Discover now