Capítulo 43

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Narra Purre

No sentí nada.

Parpadeé varias veces pensando que no estaba despierto o que algo había salido mal, pero no. Vi como Markus se tambaleaba detrás suya y caía al suelo.

Por fin habían hecho algo bien esa panda de inútiles.

Pilar se giró para mirarlo con los ojos abiertos y dejó caer la pistola a su lado.

— ¡FBI, ARRIBA LAS MANOS! —gritaron los agentes entrando de una vez por todas en el recinto.

Se llenó de personas uniformadas, de autos patrulla y de varias ambulancias. La gente enloqueció y comenzaron a intentar salir del recinto sin ser capturados.

Los chicos que me tenían agarrado me soltaron con brusquedad e intentaron huir, pero unos agentes les aplacaron antes. No sabía muy bien que estaba pasando, pero me conseguí levantar del suelo con dolores por todo mi cuerpo.

—Purre. —me dijo alguien detrás mía y miré a Colin.

Nunca pensé que le iba a abrazar, pero allí estaba, abrazándole como si mi vida dependiera de ello.

—Eres gilipollas lo sabias ¿no? —me reí con fuerza.

—Tú también lo eres.

—Somos dos gilipollas sin remedio. —me dijo apartándose de mí. —Se acabó. Se acabó para siempre.

Asentí de nuevo y miré a los lados por encima de toda la gente. Me faltaba el aire y sentía que cada vez veía más blanco que de colores.

— ¿Y Pilar? —dije al no verla.

—Se la han llevado unos enfermeros para revisarla. Jackson y el resto también han venido. —comentó. —Estábamos todos en las gradas. Pilar lo sabe todo. Iban a venir en un principio por su propia voluntad a por ti, pero en el camino se encontraron con los matones de Markus y les trajeron a la fuerza. ¿Me estas escuchando?

La cabeza me comenzó a dar vueltas según me iba contando y no tardé mucho en acabar en el suelo.

— ¡Purre! —gritaron varias personas y Colin me intentó agarrar.

Las cabezas de mis amigos me rodearon y vi como Isabella me movía una mano delante de la cara.

— ¡Llamar a alguien! —gritó ella y Alex salió corriendo en busca de ayuda.

La luz blanca se hacía cada vez más fuerte hasta que sentí que me inundaba por completo. Entonces, perdí el conocimiento.

*********

— ¿José? —hablaba alguien. — ¿José me escuchas?

Fruncí el ceño y solté un quejido. Parpadeé varias veces y me encontré con dos hombres vestidos de blanco.

— ¿Esto es el paraíso? —murmuré.

Varias personas se rieron.

Uno de ellos tomó una pequeña linterna y me apuntó a los ojos. Hice el gesto de cerrarlos, pero me obligó a abrirlos.

—No tiene nada cerebral, solo se ha desmayado. —decía aquel hombre. —José sigue la luz y luego dime cuantos dedos tengo.

—Pues cinco como cualquier humano. —murmuré y él me miró con mala cara.

Comencé a decirle números hasta que me dejaron en paz y me ayudaron a sentarme. Me entregaron una botella de agua y el otro hombre comenzó a curarme las heridas.

JL apareció delante de mí y me miró con una sonrisa.

—Puede que no acabara todo tan bien, eh. —sonrió nervioso y yo le fulminé con la mirada.

Mi vecino me espía [✔]Where stories live. Discover now