Mi vecino me espía [✔]

Capítulo 19

Narra Pilar

Amenazar a Purre no fue una buena idea, principalmente porque no sabía ni de lo que estaba hablando.

Había intentado sonsacar al grupo que era el CIL, quién era aquel chico de pelo azul, que era lo que querían de Purre y muchas más preguntas que rondaban por mi cabeza. Pero no conseguí que me respondieran ni una.

Aun así, no me pensaba rendir porque hoy a las doce pasaría algo y no me pensaba quedar de brazos cruzados.

—Jackkkkk. —alargué la "k" de su nombre. —Por favor. —repetí por decimocuarta vez.

—N-O, no. —contestó y me crucé de brazos.

—Pero no entiendo por qué no lo puedo saber. —repetí a su lado.

—Es muy peligroso, Pilar. Ha salido gente muy mal herida de este asunto y tú eres la última persona quien se querría meter en todo esto. —me dijo andando hacia la salida para volver a casa.

Me dio un beso en la mejilla y me animó a marcharnos. Observé como mi última oportunidad andaba unos pasos delante de mí para volver a casa. Pero entonces, al ver la cabellera negra de Roxane entrando a los baños, hizo que se me iluminara la mente.

—Espera, necesito ir al lavabo. —le dije y él se giró agotado.

Hoy tenía que volver con él a casa ya que Isabella se había ido unas horas antes.

—Pero rápido, que luego tengo que irme a otro lado. —habló y yo asentí.

Me apresuré a entrar en los baños y Jack siguió andando hacia el aparcamiento.

Me puse frente a uno de los espejos haciendo que me miraba el maquillaje, maquillaje que apenas llevaba, para esperar a que Roxane saliera del baño.

Al salir, ella me miró con asco y se colocó en el espejo de al lado para lavarse las manos.

— ¿Qué quieres Pascual? —habló ella primero y yo decidí ir al grano.

—Nadie me cuenta nada y sé que vos también lo sabes por ser la ex de Purre. Quizá no me ayudes, pero me gustaría saber que es el CIL. —dije mientras ella se secaba las manos con el papel.

Me sonrió con arrogancia y se puso delante de mí de brazos cruzados.

—Eres tan inocente, Pilar. Todos te han asegurado que donde te vas a meter no es sano y menos para personas como tú. —me contestó.

—Nadie sabe por qué cosas he pasado. A lo mejor he tenido peores experiencias de las que se cree todo el mundo, así que créeme cuando te digo que no soy una muñequita de cristal a la que podrás romper con una simple patada. —respondí harta de los mismos comentarios todo el rato. —Creo que sabré sobrellevar lo que me vayas a contar.

¿Por qué se creían que solo ellos habían tenido una mala vida? ¿Qué yo no tenía problemas? ¿Qué no había perdido a familiares o que había estado en momentos terribles?

Me miró sin expresión alguna y se pasó un pelo por detrás de la oreja.

—Yo no te he dicho nada, ¿entendido? —dijo después de unos segundos en pleno silencio.

Asentí impaciente y comenzó a hablar.

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— ¿Lo de rápido no lo entendéis en México? —me preguntó Jack nada más subirme a su auto.

—Lo entendemos, pero esta persona no. —contesté y me abroché el cinturón de seguridad.

En cuanto se escuchó el "clic" que indicaba que estaba segura, salió disparado a la carretera.