Capítulo 21

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Narra Purre

— ¿Qué tal? —dije dándole unos golpes en la espalda a Jack

—Recuérdame que nunca, pero nunca jamás, te vuelva ayudar en nada de esto. —me contestó apuntándome con una llave inglesa. —A parte de que estoy súper sucio porque, joder hermano, ¿sabes acaso que tienes que limpiar la moto de vez en cuando? —siguió mientras yo la acariciaba con la yema del dedo. —También me he encontrado con "ex amigos" súper agradables y que me han extrañado tanto que hasta me han amenazado de muerte. Ah y para colmo, me han intentado convencer de que les comprara.

—Jackson, ya sabes cómo funciona esto. —respondí.

—Sí, sé cómo funciona. Por eso hace un año decidí no volver ni una noche más aquí. Pero aquí estoy, ayudándote a engrasar esta cosa y encontrándome con medio San Francisco que me quiere matar. —dijo y yo le miré.

—Gracias por todo. —dije con sinceridad y él refunfuñó.

—Un gracias no me vale. Ya te iré pidiendo a lo largo de la semana cosas para pagar esto. —habló y yo negué con la cabeza.

— ¿Crees que ganarás? —preguntó Isabella que hasta el momento no había abierto la boca.

— ¿Acaso alguna vez he perdido? —los dos me sonrieron.

Salimos de allí para ir en busca de un par de bebidas. Aún quedaba media hora para el inicio de las carreras y era bastante aburrido estar encerrado en el garaje esperando.

Decidimos dar una pequeña vuelta, tan larga como para llegar hasta el bar y pedirnos algo que no llevara ninguna mierda dentro.

— ¿Isabella? —dijo alguien y giré la cabeza para ver quien la había llamado.

Oh por dios.

—Declan. —nombró ella su nombre.

—Cuanto tiempo sin verte por aquí, nena. ¿Cómo estás? —habló e intentó darla un beso en la mejilla, pero ella dio un paso hacia atrás.

Me giré completamente y apoyé mi cuerpo sobre la barra.

Aquel hombre era una de las personas más idiotas que conocía. Había sido el novio de Isabella durante dos años. En todo ese tiempo siempre la estuvo engañando. Simplemente la quería para acostarse con ella. Cortaron gracias a que muchas personas se lo fuimos advirtiendo, pero también porque la quiso obligar a hacer algo que nunca me quiso contar.

—Bien. —contestó tajante y miró hacia otro lado dando por concluida la conversación. Para ella, pero no para él.

—Has cambiado mucho, Isa. Estas más preciosa que antes. —siguió el pesado. Dio varios pasos hacia adelante, pero no le dejé avanzar más.

Le puse una mano en el hombro y hablé por primera vez. —Ey, lárgate Declan y deja de molestar por un día. —me miró a mí y luego a Jack, que también estaba prestando suma atención a la conversación.

—Vaya, mira a quien tenemos aquí. A los dos hermanitos del alma. —Contestó con voz irritante. —Hacía mucho tiempo que no te veía Jackson y Giménez, tú sigues igual de malhumorado.

—Costumbres que no cambian. —dijo Jack por mí. —Tú tampoco has cambiado. Veo que sigues siendo tan asqueroso como el primer día que te conocimos.

Sonrió con falsedad y justo hizo lo que ninguno de los dos queríamos que hiciera, agarrar a Isabella de uno de los brazos.

Es decir, nos estaba retando. Un gesto así era la indicación de que aquel hombre quería llevarse a la mujer. Ella no tenía ni voz ni voto, aunque sabía que siendo Isabella, no se quedaría quieta si esto no salía bien.

Mi vecino me espía [✔]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum