Mi vecino me espía [✔]

Capítulo 23

Narra Pilar

Los chicos decidieron ir a otro lugar para ver mejor la carrera.

Según me había estado explicando Jackson, tenían que dar tres vueltas al circuito. Como no podíamos ver todo el recorrido porque lo único que llegábamos a alcanzar era la salida y la llegada, nos colocamos de tal forma que una de las dos pantallas Led gigantes que había en el recinto estuviera frente a nosotros.

Cada moto tenía una cámara en el morro y por si pasaba algún imprevisto había dos coches de emergencias.

— ¿Sabéis que se han apostado? —pregunté.

—No. Eso sólo lo pueden saber los corredores. —contestó Isa y asentí sin decir nada más.

Las gradas estaban prácticamente llenas de personas que se estaban interesando bastante por lo que iba a pasar en apenas unos minutos. Aunque había realmente un poco de todo. Gente borracha, personas durmiendo, apuestas entre varios por quien iba a ganar de los dos, gente liándose, chicas bailando...

— ¿Y si hay alguna trampa? —preguntó Isabella en alto y Jack suspiró.

—Esperemos que no aunque no me extrañaría viniendo de Markus. —contestó.

— ¿Todo esto es planeado por Markus? —pregunté y él asintió.

—Se quieren librar de Purre y lo harán por las buenas o por las malas. Pero sé que le han pedido algo más, si no, nunca hubiera aceptado porque sabe lo que se juega.

— ¿Tan peligroso es?

—Demasiado. —respondió dándome a entender que ni había forma de explicar aquello.

Las pantallas se encendieron con un "¿PREPARADOS?" escrito en ellas y una chica vestida de rojo y con poca ropa comenzó a andar en la pista.

Se puso frente a los dos competidores con dos banderines del mismo color que su ropa. Los dos hicieron rugir los motores varias veces hasta que vieron a la chica subir los brazos.

Después de una cuenta atrás, bajó ambos banderines dando señal de que ya podían correr. El chirriar de las ruedas en la salida junto a los gritos del público era lo único que se podía escuchar.

Los dos salieron disparados y en pocos segundos se perdió su visión. Solo quedaban las pantallas.

El corazón comenzó a latirme a mil por hora por los nervios. Aquello era peor de los que me imaginaba.

Los gritos de la gente animando e insultando era el sonido que se repetía constantemente.

— ¡Eso es trampa! —chilló Isabella al ver en la pantalla como Luck había empujado a Purre con el brazo y él había chocado contra una pila de cajas.

Pero gracias a dios, las cajas se rompieron con el impacto y él rápidamente volvió a tomar el control de la moto.

—Madre mía. —dije en bajo tapándome la boca.

Luck y Purre, Purre y Luck. Así todo el rato.

Un pequeño acelerón les cambiaba de posición en cualquier momento. Cuando dieron la primera vuelta, se pudo ver con claridad cómo era Purre el que pasaba primero.

— ¡Primer punto! —chilló la gente y yo crucé los dedos detrás de mi espalda rezando que aguantara en ese puesto dos vueltas más.

En mitad de la segunda vuelta los gritos del fondo norte se hicieron más fuertes hasta el punto de que la gente comenzó a correr de un lado a otro dándonos golpes.

— ¿Qué está pasando? —grité para que mis amigos me escucharan.

Si aquello era habitual era espantoso.