XXII

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- ¿Se encuentra bien?.- Preguntó de lo más tranquila desde su cama, leyendo uno de los libros que Chaeyoung le había prestado.

- ¿Por qué no lo estaría?.- Respondió la pelinegra desde su puesto, mientras intentaba terminar su dibujo.

- Hm... No lo sé, has estado distante desde hace un tiempo.- Siguió como si nada.-¿hice algo malo?.- Preguntó esta vez mirando a la chica.

Chaeyoung levantó la mirada unos segundos, encontrándose con el entrecejo de Jennie semifruncido, mostrándose un tanto preocupada. Volvió a mirar su libreta, evadiendo la mirada.

- De qué hablas. No has hecho nada malo y no hay nada extraño conmigo tampoco.- Respondió en tono normal.

Jennie mordió su labio, intentando volver a la lectura, pero sabía que la pelinegra mentía y que algo estaba rondando su cabeza.

- Estás rara.

- No lo estoy.

- Lo estás, Chaeyoung.

- No me llames por mi nombre, soy tu superior.

Jennie se sentó de golpe en la cama, mirándola fijamente, esperando a que la pelinegra se dignara a mirarla, pero no lo hizo.

- No me habías reclamado eso desde hace dos semanas, ¿por qué ahora sí?.

- Porque recordé como son las cosas, Jennie.- Siguió sin mirarla. La castaña soltó una risa ahogada.

- ¿Ah sí?, ¿y cómo son las cosas entonces?.

Chaeyoung quedó en silencio por un momento, luego levantó la mirada para verla a los ojos.

- Eres mi prisionera, estoy aquí para mantenerte a la raya, es mi trabajo, y debería hacerlo tal y como me ordenaron. Siguiendo las reglas.- Se excusó.

Jennie negó con la cabeza, consciente de lo que estaba a punto de decir.

- No siempre fue así.- Dijo casi en un susurro, pero fue audible para la otra chica.

- ¿A qué te refieres?.

- Éramos tan unidas Chaeng...- Habló con melancolía.

- ¿Qué?, ¿de qué hablas, Jennie?.-Comenzó a confundirse, cerrando su libreta para prestarle atención a la chica.

- Supongo que de verdad no lo recuerdas, bueno, eras muy pequeña en ese entonces.- Soltó una risa. Chaeyoung negó la cabeza confundida.- Acércate, creo que es momento de contarte una parte de mi pasado.- Tanteó la cama, para que la pelinegra se acercara.

Chaeyoung caminó dudosa hasta la cama y se sentó en ella lentamente, din dejar de mirar a la chica con el ceño fruncido.

Jennie suspiró, dispuesta a hablar. Sabía que eso pondría la relación de ambas en la cuerda floja, todo dependería de como Chaeyoung respondiera ante la verdad; pero debía hacerlo, la estaba perdiendo. Había llegado el momento de contarle la verdad.

- ¿Recuerdas cuando nos encontramos por primera vez y te dije que éramos iguales?.- La pelinegra asintió.- ¿y cuando dije que te conocía?.- Volvió a asentir esta vez más lento. La castaña suspiró.- No lo decía solo por decir, Chaeng.

La pelinegra sintió como su corazón se detenía y volvía a latir.

-¿Q-qué?.- Fue lo único que salió de sus labios.

Jennie rió ante la expresión de confusión en su rostro.

- Te conté lo que pasó con mi madre, mas no te conté todo lo que pasó después de eso.- Empezó. Chaeyoung se acomodó en su puesto, oyendo a Jennie suspirar y cerrar los ojos mientras se alentaba a seguir.

The Flip - ChaennieWhere stories live. Discover now