V

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Pasó una semana, Chaeyoung decidió concentrarse en su trabajo, no había vuelto a visitar a La Muda, pero sí volvió a ver a Irene, solo una vez.

Después de haberse encontrado, quiso saber que era lo que significaban las palabras que escribió en la pared.

La pelinegra le dijo que le diera tiempo, mientras pensaba en la siguiente estrategia de La Muda, tenía que darle tiempo para calcular su siguiente movimiento.

Pasaron dos semanas y los ataques se hicieron regulares, mucho más que antes, pero ni una sola muerte, Chaeyoung las detenía, todas y cada una de ellas.

Era la única vez que veía a la castaña, siempre con una sonrisa sádica en su rostro cuando Chaeyoung la detenía, cosa le causaba miedo e intriga a la pelinegra.

Pero cuando se llevaban a la celadora herida y solo quedaban ellas dos, su sonrisa se desvanecía, volvía a mirarla con esos ojos que la volvían loca y no la dejaban dormir por las noches. Estaba harta de aquello.

Dos meses pasaron, la misma rutina, un ataque por semana, ya era la costumbre.

Se encontraba en la sala de descanso, con los ojos cerrados, intentando dormir un poco.

No creí que esta mierda fuera tan difícil.

Pensó intentando evadir el pensamiento de la castaña en su mente, cosa que no funcionó.

- Chaeyoung.- Una dulce voz la sacó de sus pensamientos. Hizo una mueca mientras abría los ojos.

- ¿Dime?.- Se frotó los ojos intentando enfocar la figura frente a ella, era Seulgi.

- Irene quiere verte, ni idea para qué.- Su voz cambió a una rasposa.- Sabes el camino, vete de una vez.- Le arrojó las llaves de la puerta, mientras caminaba al otro lado de la habitación.

- Uhm, gracias.- Sonó más como una pregunta que como una afirmación, la chica estaba muy rara.- ¿Qué le pasa?.- Le preguntó a Jisoo que estaba a su lado.

La chica se encogió de hombros, dándole una mordida a su sandwich.

- Está celosa.- Habló, Chaeyoung levantó una ceja.- Su prisionera te quiere a ti, no a ella, quizás no le ha dado sexo en semanas.

La pelinegra abrió los ojos de par en par.

- ¡Pero yo no estoy haciendo esas cosas, le estoy pidiendo información!.

- Sea lo que sea, igual la pone celosa.- Volvió a encogerse.

Chaeyoung rodó los ojos mientras caminaba a la salida e iba a ver a la prisionera.

Al cabo de unos minutos ya se encontraba frente a la chica.

- ¿Para qué querías verme?.- Preguntó seca.

Irene soltó una risa mientras movía una pieza del ajedrez que estaba jugando.

- Wow, celadora, ¿por qué tan seca?, creí que éramos amigas.- La miró con diversión, levantándose del suelo y caminando hasta los barrotes, para verla más de cerca.- Debería comportarse mejor si quiere que le diga el siguiente movimiento de su pequeña amiguita.

Chaeyoung rodó los ojos, cruzándose de brazos.

- No tengo todo el día, habla.- La chica frente a ella extendió su mano, saliendo de los barrotes, esperando por su paquete.

La pelinegra suspiró, sacando de su bolsillo un paquete de cigarrillos que le compró a uno de los chicos del otro bloque, se los entregó.

- Un placer hacer negocios contigo, preciosa.- Le guiñó el ojo mientras guardaba la cajetilla en uno de sus bolsillos.

The Flip - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora