XIII

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En todo el tiempo que Chaeyoung se fue, Jennie pensó en lo que había pasado, en como la pelinegra había reaccionado.

¿Qué exactamente significa "Pues a mi sí me importa"?.

Pensaba, estando acostada boca arriba en su cama, con la cabeza colgando del borde.

¿Le importa qué?, ¿que me meta en problemas?, ¿que salga herida?, ¿le importo yo?.

Justo en ese instante la puerta se abrió, dejando ver a la chica que reinaba sus pensamientos, la cual entró lentamente y se detuvo en la línea que dividía la habitación.

- Uhm, yo...- Comenzó, levantándose de golpe y sentándose en la cama, como un indio.- Lo lamento, no debí reaccionar así.

Chaeyoung levantó la mirada, la verdad, ella había llegado con las mismas intenciones de disculparse, pero la castaña se le adelantó.

- Tiene razón, debo ser cuidadosa, usted se esforzó mucho para que pudiera salir al patio como una prisionera normal, y no lo supe valorar.- Rascó su nuca para alijerar la presión.- Lo lamento, y aceptaré el castigo que me de la Alcaide. Si es necesario no saldré al patio nunca más.- Bajó la mirada.

Chaeyoung estaba impresionada con esas palabras, ¿Jennie disculpándose, con ella?, debía estar soñando.

No pudo negar la sensación cálida que invadió su corazón.

- Está bien, disculpa aceptada.- Intentó ocultar el sonrojo en sus mejilla volteando la cara.- Solo promete no volverte a meter en problemas, hablaré con la Alcaide, de todos modos esto le beneficia a ella.

Jennie le brindó una sonrisa cálida.

- Gracias. Lo haré, tiene mi palabra.- Hizo una pequeña reverencia.

Una sonrisa se le escapó a Chaeyoung, quizás Jennie no era tan mala después de todo.

- Ahora que todo está aclarado.- Empezó la castaña, ganándose la atención de la pelinegra.- Tengo que preguntar, ¿tanto le importo, celadora?.- Su sonría coqueta y una de sus cejas levemente levantada se hicieron presentes.

Chaeyoung se tensó y sintió como todo su cuerpo reaccionaba ante ese comentario. Jamás lo admitiría, pero toda su cara gritaba que era cierto.

- ¿C-cómo dices?, ¡Claro que no!.

- Le importo.- La sonrisa se hizo aun más grande.- Acaba de tartamudear, sabe lo que significa.- Guiñó el ojo.

- ¡Eso no es c-cierto, no tiene nada que ver!, ¿por qué me importaría alguien como tú?, ¿estás mal de la cabeza acaso?.- La velocidad en sus palabras, su cara roja como un tomate y sus expresiones completamente exageradas hicieron que la castaña sonriera y soltara unas pequeñas risas.

- Usted también me importa.- Salió de sus labios.

La peliengra se quedó en silencio, apretó sus puños y bajó la mirada.

Esa mujer tenía todo el control sobre ella y lo odiaba.

- Ni una palabra más del tema.- Demandó, volviendo a su forma defensiva. Se dio la vuelta para sentarse en la silla de siempre.

- Como diga, preciosa.- La voz ronca y coqueta de la castaña penetró sus oídos, haciendo que en un instante se volteara a verla con el ceño fruncido en enojo total.- Ni lo intente, no logrará nada regañándome, y lo sabe, mejor dejemoslo hasta aquí.- Se acostó en su cama, cerrando los ojos, pretendiendo descansar un rato.

Chaeyoung no dijo nada, en cambio se dio la vuelta y siguió su camino hasta sentarse.

Este trabajo ya no es tan fácil como yo creí.

The Flip - ChaennieWhere stories live. Discover now