EPÍLOGO

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Con mis propios ojos presencié cómo a uno de mis demonios le crecieron alas nuevamente.

Había sido castigado. Por haber cometido una falta grave como el tocar a un niño.

Yo mismo le quité las alas.

Me arrepentí después. No era cualquier niño. Había sido un ángel que fue expulsado y se le dio el peor de los castigos renacer en un humano.

Pasó una década en el mundo humano, estando con aquel niño que poco después se convirtió en un adulto.

Sin embargo. Cuando mi demonio le abandonó para que aquel mortal no sufriera más.

Jungkook se rehusó a olvidar todo del demonio.

Y al final se sacrificó.

Eurdo. Mi precioso y adorado demonio de la lujuria. Estaba sufriendo por que sus huesos se re acomodaban mientras crecían unos más de su espalda.

Desgarrado la piel salieron orgullosos.

Pronto se llenaron de músculos y cartílagos. Para al final llenarse de plumas.

Plumas negras con un brillo púrpura hermoso.

El demonio me miraba esperando una respuesta. La cual yo no tenía.

El estaba sudando en el caluroso suelo del infierno. Mientras el insoportable dolor iba desapareciendo poco a poco.

-querido Eurdo. ¿Qué has hecho? - le pregunté con sorpresa.

El demonio se levantó con esfuerzo. Moviendo con dolor su espalda ante el nuevo peso.

-N-no sé... No entiendo nada.-
Decía desconcertado.

Las alas envolvieron el cuerpo del mi criatura consentida. Como si lo estuvieran refugiando.

Taehyung sintió sus Cuernos endurecerse. Se sentía fuerte.

Se estaba alimentando de un alma y el no lo sabía.

- Ese mortal se ha sacrificado para tí. - le dije al fin comprendiendo.

El me miró sorprendido.

- tus alas eran lo que más atesorabas. Y ahora ese mundano está contigo en forma de lo que más amabas -.

Taehyung pareció recordar algo.

Una pequeña memoria de aquel mortal diciéndole que estaría siempre con el.

-Bueno, cumplió su promesa. - le dije antes de dejarlo allí.



















































































-¡Jungkook ie! Ayudame a desempacar. - le dijo su padre.

El niño de seis años corrió con ella. Abriendo las cajas curioso. La casa había sido un regalo de alguien de su familia.

Jungkook sacó un cuadro de fotos muy vieja.

-Papi, ¿quienes son ellas? - preguntó.

El señor tomó el cuadro y se arrodilló para estar del tamaño de su hijo.

-ellas son tus tias abuelas. Lucy, Katie, Luna, Leila, Suni y Mery¿Lo ves? Eran seis. Cuando eran muy pequeñas como tú.

El pequeño niño sonrió, abrazando su adorado peluche.- el seis es mi número favorito.-dijo mirando lo bellas que eran las hermanas de su abuela.

-¿y quien es ella? - dijo señalando a una viejita en la esquina de la foto. - ¿la que está con Abuelita Lessy.? -

Su padre la miró. - No lo sé. Preguntale a tu mamá. Es familia de tu mamá.

El pequeño niño llevó la foto hasta donde estaba su madre al lado de un enorme ropero de madera negra. - mami ¿quien es esa viejita con la abuela? - preguntó.

La señora rodó los ojos pero tomó la foto. - es mi abuela, tu bisabuela. Ella nos dio la casa. Ya que ninguna de sus hijas la quizo y mi mamá me la paso directamente a mi. - explicó.

-Oh ¿y cómo se llamaba?- preguntó tocando con sus dedos la madera oscura del mueble.

-Nathalie. -









Fin.




























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