CAPÍTULO 16 SIN SALIDA

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Felipe gritaba de rabia, ese maldito de Lorenzo Maldonado, había estado ahí, y había escapado, se había llevado a su mujer, pero no sólo eso, había asesinado a sus dos únicos hijos que le quedaban, el dolor carcomía su corazón, ese hombre le había, arrebatado lo único que amaba en esta vida sus hijos y la razón de su vivir, su hija, todo lo que tenía, todo lo que hacía, lo hacía por ella, incluso a sus hijos los había enseñado a estar para ella, ¿que no deseara que no se lo cumplieran?, pero ese infeliz había acabado con ella, en su territorio, bajo sus propias narices, eso no se quedaría así, le haría pagar lo que había hecho, ni se imaginaba cómo, cuándo terminara con él iba a lamentar haberse metido con él, iba  a suplicar que terminara con su vida, pero no lo iba a hacer, al menos no rápido, no tenía ni idea de lo que le esperaba.

*****
_ ¿Estás seguro de que vamos en la dirección correcta? - interrogó Lorenzo a Miguel con voz entrecortada por el esfuerzo de la caminata y de llevar a su esposa a cuestas.

_ Si, vamos en rumbo, pero aún falta bastante para llegar.

_ Entonces en marcha. - intentó ponerse de pie para seguir después de dos minutos de haber parado.

_Espera. - lo detuvo. _necesitas recuperar fuerzas.

_ Si nos dan alcance de nada me van a servir las fuerzas. - lo miró decidido a seguir.

_ No seas necio, tu cuerpo aún no está en condiciones de que lo fuerces de esta manera, en todo caso déjame ayudarte.

El negó, no le soltaría su preciada carga.

Miguel iba a protestar cuando una llamada entrante llamó su atención.

Era James y no parecía calmado.

Puso el altavoz.

_ tienen que moverse. - informó. _ hay demasiado movimiento alrededor de ustedes. El helicóptero aún se encuentra lejos y ellos van ganando distancia.

Miguel dirigió su mirada hacia Lorenzo. No necesitaron palabras para comunicarse, sabían lo que tenían que hacer.

Miguel extendió sus brazos y sin protestar Lorenzo le entregó a su esposa, ella en su inconsciencia, se removió como si supiera que ya no era el quien la cargaba.

No perdieron tiempo, continuaron, aunque Lorenzo sentía que no podía dar un paso más, aún así, se sobrepuso y continuó adelante, por ella, no podía fallarle una vez más.

*****
_ Es increíble lo que estoy viendo. - escucharon Roberth, Justin y Santiago la voz de James. Ese hombre sí que tiene un verdadero ejército formándose, no sé qué estén pensando ustedes, pero tienen que salir de ahí ya, no tienen oportunidad contra eso, prácticamente los están rodeando, su única ventaja ahorita es que aún están muy lejos de ustedes, pero si se tardan en salir, no tendrán oportunidad.

_ ¿Y Lorenzo? - preguntó Santiago.

_ Ellos sí que están en problemas, el helicóptero aún les queda lejos, no pueden moverse tan de prisa y tienen a Felipe cerca, si siguen en esa constante los van a alcanzar.
Como yo veo las cosas. - dio su opinión. _ les conviene a ustedes salir de ahí, ellos prácticamente no tienen opción, no lo lograrán por mucho que se esfuercen. Los hombres que yo logro identificar en mi pantalla son cientos, ese hombre llamo a todos sus aliados, los hombres de cada uno se han agrupado y en este momento se están poniendo en marcha, pero recuerden que yo solo puedo ver a los que se están comunicando entre sí por sus celulares, a esos súmenle todos aquellos que recibieron órdenes directas sin teléfono de por medio. De verdad, es en serio cuando Les digo que tienen que salir de ahí. Ellos ya no tienen oportunidad.

Su voz se notaba ansiosa, sería porque los conocía y sabía que no dejarían a Lorenzo solo, pero era un suicidio, no había forma de escapar.

Después de que James cortara la comunicación, los tres se quedaron en silencio.

_ No voy a dejar a Lorenzo solo. - dijo Santiago con la determinación dibujada en su rostro. _ ustedes regresen. _ algún día he de morir y cuando lo haga lo haré luchando por los míos.

Robert miró su determinación, sabía que no habría poder humano que lo convenciera de abandonar a Lorenzo, luego miro a Justin, él no era un guerrero como ellos no peleaba, ni siquiera estaba seguro de que se atreviera a disparar un arma, pero estaba ahí, como siempre, arriesgando su vida junto con ellos, por ellos, iba a enviarlo de regreso, cuando se encontró con su mirada que le advirtió que no lo hiciera, que no le diera la orden, porque no iba a hacerlo, sin mediar palabra los tres siguieron su camino.

_ Vamos a hacer lo que sabemos hacer. - dijo Santiago cuando supo que ellos lo seguirían. Roberth, todo está en tus manos.

Con esas, palabras Robert tomó su celular, Santiago le estaba dando vía libre para hacer algo que no quería hacer, pero dadas las circunstancias, era su mejor opción, más bien la única.

*****
_Vamos a detenernos. - dijo Lorenzo. _ no lo vamos a lograr, es imposible ganarles a éste paso.

_ ¿Qué sugieres? - preguntó Miguel entregándole a Sofía en sus brazos, aunque ya sabía la respuesta.

_ Buscaremos un buen lugar, uno que nos sirva de refugio, que nos proteja y nos permita repeler la agresión.

_ Perderemos mucho tiempo si ambos nos dedicamos a buscarlo, por el hecho de que no podemos dejar sola a Sofía, quédate con ella mientras busco, luego regreso por ustedes.

Lorenzo no protestó, sabía que tenía razón, Sofía era como un peso muerto, que impedía su avance, de no ser por ella, el escapar no hubiera sido ningún problema para los dos, pero ella era la razón por la que estaban ahí y jamás la dejaría, ni siquiera para salvar su vida.

Minutos más tarde Miguel se quitaba su chaqueta para acomodar sobre ella a Sofía, la de Lorenzo le había sido colocada desde que la rescataron, ya que su blusa había sido desgarrada por esos hombres y él la había cubierto.

Ahora la acomodaban en el piso, para ellos dedicarse a acondicionar el lugar para resistir a sus enemigos, era lo único que les quedaba por hacer, no llegarían al helicóptero , y tampoco tenían posibilidades de sobrevivir, pero se defenderían, pelearían hasta el último minuto.

_ Miguel. - lo miró Lorenzo con seriedad. _ quiero pedirte un favor.

_ Dime.

_ Si yo caigo primero, quiero que me prometas. - su voz se quebró. _ que no la dejarás con vida, ese infeliz quiere venganza y cuando no me tenga, se desquitará con ella si la tiene, así que necesito que me lo prometas. - lo miró suplicante.

_ Lo haré. - dijo con pena. _pero no será necesario, vamos a salir de ésta. - dijo sabiendo que no había posibilidades reales, pero quería creerlo, eso le daba fuerzas.

EL SECRETO QUE ME ATA No.5️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRAWhere stories live. Discover now