Lorenzo Maldonado, un hombre reacio, fuerte, autoritario, que no sabe amar ni deja que lo amen, temido por su gente, admirado por muchos y odiado por otros, está a un paso de convertirse en el líder principal del crimen organizado de su región.
El p...
Lorenzo no sentía el cansancio ni la falta de sueño, su único pensamiento era llegar a tiempo.
Miguel lo seguía sin protestar, porque ambos estaban dando más de lo que podían, pero era su lucha, no la de Miguel, sin embargo, permanecía fiel y se lo agradecía.
Ninguno hablaba, ninguno se quejaba, solo se concentraban en no desfallecer y llegar a su meta sin perder la vida en el intento.
***** Felipe miraba la escena, no le importaba lo que le pasara a esa chica, estaba hastiado, en otro tiempo hubiera disfrutado de lo que estaban por hacerle, pero no ahora, acababa de perder a dos de sus hijos a manos de los hombres de Lorenzo, y lo único que deseaba era tenerlo a él y cobrar venganza, lo haría pedazos y se valdría de esa mujer para atraerlo, costará lo que costara.
Observó que todo estaba listo y dio la orden de que continuaran, pero él no se quedó, dio media vuelta y se marchó.
***** Sofía escucho la orden de ese hombre. Estaba dictando su sentencia de muerte, porque estaba segura de que no lograría resistir semejante tormento.
_ ¿Estás grabando? - escuchó la voz del hombre que tenía ya en sus manos el hierro candente.
_ Si. - contestó el tipo de la cámara.
Ella se estremeció de terror, escuchó como el hombre se acercaba y sintió el calor que esa cosa emanaba al acercarse a su espalda, quería gritar de terror, pero se contuvo, sin embargo, no pudo contener el temblor de todo su cuerpo. Mentiría si dijera que no estaba asustada, lo estaba y mucho, tanto que la cabeza le empezó a dar vueltas, su corazón latía apresurado y su estómago protesto cuando las náuseas lo atacaron.
No podía ver nada, porque todos quedan detrás de ella, pero podía percibir la expectación.
Angustiada cerró sus ojos y apretó los puños esperando que ese fierro al rojo vivo atenazara su delicada piel.
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Asustada contuvo un grito cuando sintió como el calor aumentaba sobre su espalda, al acercarse ese hombre a ella, en un impulso abrió sus ojos moviéndose con desesperación tratando de liberarse, pero era imposible, lo único que logró fue lastimar sus manos, iba a cerrar sus ojos de nuevo, cuando miro como varios hombres empezaban a correr, pero no lograban llegar muy lejos cuando caían abatidos, incluyendo el hombre que tomaba el video.
Angustiada cerró sus ojos, no entendía lo que sucedía, no escuchaba disparos y esos hombres caían uno tras otro al tratar de huir, solo unos cuantos intentaron sacar sus armas, pero no lo consiguieron, ella solo podía esperar, de cualquier forma moriría, estaba en medio de una balacera según intuía, aunque no se escucharan los disparos y tarde que temprano alguno la alcanzaría, estaba totalmente expuesta.
Sin fuerzas y a punto de perder el conocimiento, volvió a cerrar sus ojos, de ellos salían las lágrimas que no había querido derramar, pero ya le fue imposible con tenerlas, la situación la había sobrepasado, no resistiría más.
Por un momento sintió que alguien se acercaba hacia ella por detrás y gritó angustiada, tuvo la sensación de que se trataba de Lorenzo, pero era imposible, seguramente era su subconsciente que deseaba que así fuera, luego sintió que otra persona desataba sus manos, era lógico, se la estaban llevando, no para salvarla, sino porque aún la necesitaban. No lucho, no podía, la inconsciencia la llamaba y no se resistió, solo se dejó llevar.
***** Lorenzo sabía que estaban ya demasiado cerca, incluso se escuchaban las voces de esos hombres.
Reconoció la voz de Felipe, puso atención y escucho que daba la orden de continuar, en ese momento los tuvo a la vista, en total había unos diez hombres, incluido Felipe Romero, miró como después de dar la orden se retiró, y angustiado observo a Sofía, le partió el corazón ver la forma en que la tenían y sobre todo le hirvió la sangre al darse cuenta de lo que estaban a punto de hacer con ella, miró a Miguel y ambos supieron lo que tenían que hacer.
La sorpresa era su mejor aliado, el primero que cayó fue el hombre que empuñaba el fierro de herrar, luego le siguieron los demás, uno a uno, no tuvieron tiempo de hacer nada ya que no supieron que era lo que sucedía, no hubo ningún aviso, ninguna detonación, solo empezaron a ver a sus compañeros caer junto a ellos, unos cuantos lograron correr unos metros para caer más adelante y todavía más pocos, lograron entender lo que realmente sucedía y lograron desenfundar, pero igualmente cayeron al igual que sus compañeros. Felipe escapó porque ya estaba lejos y ni siquiera se enteró de lo que estaba sucediendo a sus espaldas, así que tenían que moverse con rapidez antes de que alguien se enterara y dieran la voz de alarma, tarde o temprano sucedería, pero no en ese momento, si fuera así, estarían perdidos y no Lograrían avanzar gran cosa, para cuando les dieran caza.
Tanto él como Miguel se apresuraron a prestarle ayuda a Sofía, él se posicionó detrás de ella abrazándola con desesperación, estaba pálida, su cuerpo había sido golpeado y temblaba de pies a cabeza.
Deseaba haberla protegido, pero no había estado para ella, maldijo por haberle fallado una vez más, en cuanto Miguel cortó sus ataduras la tomó en sus brazos, estaba semi inconsciente pero no tenía tiempo para tratar de reanimarla, solo depósito un tierno beso sobre sus lastimados labios y emprendieron la huida con Miguel resguardando su retaguardia.
***** Miguel empezó a disparar de forma rápida y certera, sabía que Lorenzo hubiera deseado correr y desatar a su esposa, pero al igual que él sabía que mientras alguno de esos hombres estuviera con vida cualquiera de ellos dos, incluso ella podían morir con una bala atravesando su cuerpo, así que la prioridad de ambos era primero limpiar la zona y luego ir por ella, tal como lo acababan de hacer, habían emprendido la huida, sabía que Lorenzo no tenía cabeza en esos momentos para pensar en su seguridad, solo deseaba sacar de ahí a su esposa y ponerla a salvo, pero el aún tenía la cabeza fría, su instinto de conservación estaba muy arraigado, no podía marcharse sin mirar atrás y cerciorarse de que no los hubiesen descubierto.
Cuando volteó, su sangre se heló, Susana estaba parada cerca de ellos, y apuntaba ya con un revolver hacia Lorenzo y Sofía, de no ser porque él era más rápido y contaba con mucha más experiencia, se hubiese salido con la, suya, pero se topó con él, no sintió lástima, ni remordimiento, esa era una mujer caprichosa y manipuladora, que no le importaba pisotear y humillar a los demás, incluso se decía, que usaba a la gente y luego se deshacía de ella cuando ya no le era útil, había, quien aseguraba que ya tenía varias muertes en su haber, él lo sabía, de fuentes sumamente confiables, así que no, no le tembló la mano cuando puso una bala en su pecho, era ella o la vida de ellos y él había escogido.
Se apresuró a seguir su camino, Lorenzo ya le llevaba ventaja, no le informaría de lo sucedido, ya lo haría más adelante.
