EL SECRETO QUE ME ATA No.5️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA

CAPÍTULO 11 JUSTICIA

Lorenzo tuvo la sensación de que ya había vivido esa experiencia, el estar tendido en una cama, el estar tan cansado aturdido y soñoliento que no le permitía ni abrir los ojos, sin embargo, podía oler su perfume, podía sentir sus manos tocándole, podía escuchar su voz como si se encontrar muy lejos. Pero estaba ahí, con él, a su lado, era la misma sensación de hacía, años, cuando había sido herido al cometer el peor error de su vida. Ir tras de uno de sus hombres y adentrarse al territorio de Santiago Moran, pensando que saldría impune, sin embargo, fue derrotado tanto por los hombres de Santiago Moran, como por los de Gustavo Contreras, quien no tenía nada que ver con el crimen organizado pero que intervino, porque él se atrevió a tocar a la que después sería su esposa.

En ese entonces estuvo a punto, no sólo de perder su brazo izquierdo, sino también su vida a causa de la infección, el juraría que Sofía, quien tenía bastante tiempo de haberse marchado, estuvo a su lado, pero el traidor de Miguel nunca le había, querido confirmar si ella realmente había estado ahí con él.

Sin embargo, ahora estaba seguro de que ella estaba a su lado, la escuchaba dándole ánimo y pidiéndole perdón, pero él no podía responderle, su propio cuerpo no se lo permitía.

*****
Sofía lo escuchó moverse, hacia varios días de que se encontraba en esas condiciones, cuando por fin tuvo conciencia ella se acercó. Estaba tan pálido, tan vulnerable, deseaba abrazarlo y confortarlo, pero como siempre se levantaba ante ella esa muralla infranqueable, tan alta y tan tenebrosa, que era imposible ignorarla.

_ Estás aquí. - dijo el con voz ronca.

_ Pase para ver cómo seguías. - mintió, no le confesaría, que había pasado días y noches a su lado cuidando de él.

_ Te ves cansada. - la observo detenidamente. ¿Estás durmiendo bien?

_ Si. - mintió de nuevo.

_ No mientas. - pidió. _lo que, sea, que te preocupe te puedo ayudar.

_ En ésto no. - se entristeció su mirada

_ Pruébame. - tomó su mano entre las suyas. _no importa, lo qué sea.

_ Dame esas pruebas. - sus ojos se humedecieron. - solo eso te pido

_ Sofía. - protestó

_ Es lo único que quiero. - un sollozo escapó de su garganta, sabía que no la complacería.

_ El tomó su rostro bañado en lágrimas entre sus manos. _puedes pedirme lo que quieras, menos eso, jamás te daré ese video.

_ No te entiendo. - volvió su rostro para no verlo. _dices que me amas y prefieres perderme antes que ceder.

_ No se trata de perder o ganar. - la volvió hacia el. _no cedo porque no quiero verte sufrir.

_ Ya sufrí, ¿qué más puede pasar? Intento perdonarte que le hayas quitado la vida a mi padre, porque quiero creer que fue un accidente como tú dices, pero ¿cómo no dudar, cuando te niegas a demostrármelo?

_Y yo no entiendo tu afán de torturarte de esa forma, ¿qué ganas con ver morir a tu padre? Y sobre todo ¿qué ganas con verme a mi dándole muerte? No quiero que veas eso. - acarició su rostro con ternura. _ni yo lo soportaría. No quiero perderte de nuevo.

_ Entonces no lo hagas. - suplicó. _no hagas que me vaya de nuevo odiándote. - se abrazó a él. _Solo esperare hasta, que te recuperes, después depende de ti, el quedarme o no, de si verdaderamente me amas.

El la abrazo, aunque el dolor era intenso, pero valía la pena. No sabía si la volvería a tener así. Ella lloraba y él también lo hacía en silencio. Él era fuerte, jamás lloraba, jamás se doblegaba, podían amenazarlo, golpearlo, torturarlo, pero prefería morir antes que rendirse, sin embargo ella lo aniquilaba, confundía sus sentidos, lograba que actuase de forma estúpida, saltándose todas las reglas impuestas por él mismo, lo hacía ser vulnerable, aun así la, amaba y daría su vida por ella y curiosamente estaba dispuesto a morir, pero no a darle lo que pedía, la volvería a perder y además la dañaría y le partía el corazón, pero no cedería, por su bien.

*****
Mario despertó sobresaltado, escuchaba voces alteradas, miró a su alrededor, estaba en una de las habitaciones de la casa del Rancho de Lorenzo, se dio cuenta de que su herida había sido curada y vendada, no sentía mucho dolor, probablemente debido a la medicación.

Se escuchó un estruendo cuando la puerta se abrió de golpe, el no tuvo tiempo de reaccionar, cuando ya era levantado de la cama con brusquedad, sintió como la herida se abría de nuevo, pero a esos hombres que habían entrado no les importaba, lo sacaron a empujones y jalones, estaba seguro de que lo iban a linchar, seguro ya se habían enterado de que era un traidor.

Un escalofrió recorrió su cuerpo, sabía lo que les esperaba a los traidores, y de hecho ya esperaba esta reacción, lo que no entendía era porque en primera instancia lo habían atendido, porque habían curado su herida y porque lo habían llevado a la casa principal.

Nuevamente sintió como lo jaloneaban y lo aventaba al piso con violencia varios pares de botas dieron contra, su cuerpo con fuerza, el solo atino a cubrirse la cabeza con las manos, incluso sintió como varias piedras hacían blanco en diferentes partes del cuerpo.

Supo que no aguantaría mucho, los hombres gritaban enardecidos que era un traidor y que merecía la muerte y él sabía que era verdad.

Estaba a punto de desfallecer cuando escucho la voz de Miguel, por encima del alboroto.

_Basta. - se puso en medio de la multitud. Cubriendo el maltrecho cuerpo de Mario. _ ¿Quién, maldita sea, les dio permiso de hacer esto? ¿Cómo se atreven a meterse así a la casa? ¿En qué están pensando?

_Es un traidor. - grito alguien y no se hizo esperar el apoyo de los demás.

_ Ni un carajo. - grito furioso. _no sé cómo se dejan llevar de chismes. Si Lorenzo se entera de lo que están haciendo quienes no van a vivir para contarlo son ustedes.

_ Pero él está, en peligro por su culpa. - grito otro de los hombres.

_ Porque lo dijo ¿Quién? - los confrontó. _ ¿saben quién empezó el rumor? ¿Saben de dónde vino? La gente de Felipe Romero lo hizo, fue su hija, quien lo inició y ustedes ¿les creen a ellos? ¿Creen que si fuera cierto Lorenzo lo hubiera metido a su casa? ¿De verdad lo creen? - grito.

La mayoría bajaron la cabeza avergonzados y empezaron a retirarse, los más escépticos permanecieron en su sitio, pero no intentaron agredirlo de nuevo.
. Mientras tanto Miguel y varios de sus hombres ayudaban a incorporar a Mario.

_ Llévenlo a la habitación de nuevo y que alguien vaya por el médico. - ordenó. _ustedes. - se volvió hacia los hombres que quedaban. _regresen a sus tareas, todo está bien, sé que sus intenciones eran proteger a, Lorenzo, pero en este caso no necesita de su protección, Mario no es peligro para el.

Los hombres obedecieron a regañadientes, no estaban muy seguros. Pero tenían que confiar en Miguel, era el segundo al mando y siempre había visto por el bien de todos.

Después de que hubo deshecho la turba, Miguel se dirigió hacia la habitación de Mario, se veía muy mal, pero ya el doctor lo atendía con eficiencia.

Entonces se dirigió hacia la habitación de Lorenzo.

_ Los detuviste. - fue lo primero que preguntó al verlo.

_ Llegué a tiempo. - dijo tomando asiento en una de las sillas. _no pude evitar que lo golpearan, pero sobrevivirá.

_ ¡Maldita gente! - grito Lorenzo furioso refiriéndose a los Romero. _y estos estúpidos que se creen todo.

_ En realidad no andaban tan equivocados.

_ ¿No iras a traicionarme tú también? - lo miró inquisitivo.

_ ¿Quién me crees? - dijo enfadado. _me ofendes con tu duda. Sabes que no diré nada.

_ Entonces ocúpate de él, en cuanto esté mejor lo enviaré con Santiago, él lo entrenará, tengo planes para su vida. ¿O crees que me equivoco?

_ No, veo potencial en él, además creo que ya aprendió la lección, es un buen chico. - dijo antes de salir.

Lorenzo lo miró salir, aparte de ser su empleado, era su amigo y confiaba cien por ciento en el. Cuando uno de sus hombres llegó hacia un rato, agitado pidiendo hablar con él y que él le permitió la entrada y éste le contó cómo se había desatado el rumor de la traición de Mario y que varios hombres venían por él para castigarlo, no pudo pensar más que en Miguel y no lo había defraudado.