Cap.25-El Mausoleo de Jugadores

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Mitzah realmente se enfoco en el trabajo ese día, devastando arboles calcinados y dispersando los restos para luego, con magia pura, hacer brotar hierba fresca del suelo y que nuevos árboles crecieran en minutos, de veras había algo de artista en su desempeño, en como movía las manos para dirigir a la naturaleza o punteaba con sus dedos para añadir una flor aquí, un racimo de hiedra allá, y durante la mayor parte del proceso estuvo cargando a Nicolay, soltándole solo cuando necesitaba hacer uso de ambos brazos.

-Ya está.

-¿Terminaste?

-Quedan sectores pero esto es suficiente por hoy-lo levanto-nos vamos.

-¿Dónde está ese lugar que quieres mostrarme?

-En el Castillo.

-¿Qué se siente hacer brotar un árbol?-pregunto con curiosidad.

-¿Qué se siente estar vivo?-se la devolvió.

-Es...pesado, pero lo vale.

-Precisamente.

-Espera, ¿entonces puedes crear vida?

-A un nivel básico, plantas, peces, insectos, poco más.

-Eres casi un Dios.

-Casi-puso fin a la plática comenzando a canturrear.

Para este punto Nicolay ya había encontrado una posición estable en los brazos de Mitzah, al principio le habían estado cargando como si fuera un muñeco al que no le importase zarandear un poco pero ahora le acogía como a un niño pequeño, entre eso y la tonada casi se duerme de camino al Castillo, pero allí le bajaron.

-Perdón-se froto los ojos.

-No te disculpes, también lo estaba disfrutando, pero no te traje a tomar una siesta...quizás después.

-Quizás-bromeo.

-Es por aquí, sígueme.

Le condujo por unas escaleras que descendían a travez de un estrecho pasadizo, el aire frio que se colaba desde las profundidades le despertó, ¿A dónde le estaba guiando?, con lo discordante que era el ánimo de Mitzah podría ser cualquier cosa entre una fiesta sorpresa a una cámara de torturas; el pasaje comenzaba a tornarse oscuro pero Mitzah había invocado su cetro y Nicolay noto que proyectaba una potente luz desde el espejo.

-Me gusta tu cetro-dijo, por aplacar el silencio.

-Gracias, fue un regalo de mi Ama antes de venir al Valle.

-¿Te daba regalos antes?, ¿comenzó a tratarte mal aquí?

-No es ese el tema que quiero tratar-la escalera acabo-llegamos, este es el Mausoleo de Jugadores.

Coloco el cetro en una base y su luz fue reflejada por otros espejos estratégicamente colocados, iluminando así una amplísima sala ocupada por urnas y estatuas.

-Los humanos tienen una relación fascinante con la muerte, le temen, la quieren lejos, pero cuando pierden a alguien se obstinan en conservar los restos.

-Es una forma de consuelo.

-Lo comprendo, pero el espacio en el Valle es finito y simplemente no puedo desperdiciarlo, asique me ocupo de los muertos con tanto cariño como me ocupo de los vivos-rozo una estatua-cremo los cuerpos, entrego las cenizas a los parientes y conservo a los jugadores, les preservo en hermosas estatuas.

-No ha todos.

-Bueno, tuve que ceder con los Cazadores, es una historia curiosa...

-Me refiero a esta-señalo una base con una urna, pero sin estatua.

La Leyenda de AilurWhere stories live. Discover now