Cap.05-La Diosa en la Luna

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Entre los muchos dioses del folklor nórdico probablemente ninguno tiene una familia tan rara como Loki, Dios de los Engaños, entre sus hijos esta Hella, regente de los muertos, el lobo Fenrir, la masiva serpiente de Midgar, Jormunngander, un caballo de ocho patas llamado Sleipnir y Ailur, de quien ningún relato hizo mención hasta ahora.

Ailur nació producto de una relación clandestina entres su padre y Fulla, la Diosa de la Abundancia, dándose cuenta de su gran poder y temiendo las represalias de Odín, se la llevo a la Luna y la dejo allí, la visitaba ocasionalmente pero casi siempre estaba sola; debido a ello Ailur se convirtió en una niña introvertida, callada, acostumbrada al orden y al silencio, podía tener lo que quisiera solo con pedirlo pero se limitaba a lo necesario para sobrevivir, su padre le había espantado con historias sobre lo que podrían hacerle si llamaba la atención.

-Cuando seas mayor y más fuerte te llevare a Asgard, entonces tendrán que aceptarte.

-¿Mamá también?

-Claro que si, tu madre te ama, ¿Qué dibujas?

-El sol, me gusta verlo cuando sale detrás del mundo.

-¿Quieres que te traiga mas pintura?

-No hace falta.

-Ailur, puedes tener lo que quieras pero seguro hay algo que tu padre podría conseguirte-en ese momento la niña le vio con sus tristes ojos grises.

-¿Puedes traerme un amigo?

Loki la abrazo, maldiciéndose a sí mismo y a los dioses por permitir esa clase de injusticias.

Tiempo después regreso trayéndole un muñeco.

-Es de parte de tu madre, un pequeño sol para ti, mi Luna.

-Me encanta.

-Tú querías un amigo, él podría serlo, solo tienes que pedirlo.

-¿Puedo hacer eso?

-Inténtalo-Ailur tomo al muñeco en sus manos, podría haber sido un bebe.

-¡Deseo que tengas vida!

Loki no sabía de ninguna deidad o criatura con poderes semejantes a los de su hija, al decir las palabras sus ojos brillaban y el muñeco de tela adquirió peso, volumen, se removió inquieto y dirigió su primera mirada de asombro a la niña que le había vuelto real, ella le sonrió y el hizo igual.

-¿Cómo vas a llamarlo?-pregunto maravillado el Dios.

-Mitzahaven-dijo, con la confianza de quien lo ha considerado por largo rato, lo abrazo fuerte-¡Mitzah, te amo!, ¡Vamos a estar juntos para siempre!

Lo dijo con la emoción de una niña que recibe su primera mascota pero para la criatura fue determinante, amor, unión, entrega eterna y absoluta, Ailur le había dado vida y ahora le daba razones para vivirla pero no sería lo último que le daría.

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-De acuerdo, para.

¿Qué?

-No tiene chiste si lo cuentas todo de una vez.

Alto, ¿estas...escuchándome?

-Oh, todo el tiempo, je, aunque no sueles ser tan clara, ha de ser porque estabas hablando de mi.

¡No, párate ahí!, ¡No puedes estarme oyendo!, soy...

-¿Producto de mi imaginación hiperactiva?, eso dice mi Ama, se enfada bastante cuando me distraigo oyéndote, dice que es como si mi mente se regresara a la Luna.

La Leyenda de AilurWhere stories live. Discover now