-¡¿Qué hiciste?!, ¡Ya era mía, iba a atraparla!, ¡Maldito seas!
Sus años de entrenamiento no le valieron de nada ante tanto salvajismo y ni siquiera pudo reclamar porque le metieron una piel en la boca, antes de darse cuenta le habían amarrado y fue arrastrado el resto del camino hasta lo que parecía un diminuto pueblo a las faldas del palacio.
-¡Carne fresca!, ¡Hay carne fresca!
De las casas comenzaron a salir personas esbozadas en capas y llevando teas o velas, Nicolay estaba cada vez más asustado, ¿a qué clase de lugar había ido a parar?
-¡Estuve a punto de atraparla, lo juro!, ¡Este imbécil le alerto!-coloco un cuchillo sobre su cuello-exijo su piel como retribución-Nicolay logro escupir la piel.
-¡¿Qué?!, ¡No, alguien detenga a esta loca!
-¿Ella lo vio?-pregunto alguien-Youko, ¿Ailur lo vio?
-Grr...eso creo.
-Entonces no puedes hacerle daño.
-¡Pero...!
-Si muere antes de que ella decida lo que quiere se enfadara-dijo otra persona-nos quitara nuestros privilegios.
-¡No me importan los privilegios, Bria!
-Al resto si-dijo otra voz femenina, tomándole por el hombro-déjalo, Youko, yo me ocupare.
-Cobardes, grrr, ¡Todos son unos cobardes!-se desprendió y se fue corriendo.
-¿Puedes levantarte?-pregunto la encapuchada, soltándole los amarres.
-Creo...creo que sí, gracias.
-Sígueme, te protegeré.
Los demás ya estaban regresando a sus casas y Nicolay se lo pensó dos segundos, tanto porque todo le dolía como porque no sabía a qué atenerse, decidió seguirla, ¿Qué le quedaba?, con suerte se enteraba de algo; la misteriosa encapuchada le condujo más allá del pueblito y hasta una cabaña aislada, le hizo pasar, era sin duda el hogar de un cazador, había un buen fuego en el hogar, pieles, un arco con su dotación de flechas.
-No me puedo creer que seas tan idiota.
-¿Disculpa?-y entonces se bajo la capucha-¡Perdiz!
¡Era su hermana!, ¡Su hermana mayor!, estaba más ruda, más terca, más marcada por la vida, también parecía furiosa, pero no lo considero cuando corrió a darle un abrazo.
-¡Gracias a los dioses!, sabía que estaban vivas, lo sabía.
-Rapaz...-se ablando.
-Lo siento tanto, yo debí...debí ir tras ustedes ese día, tendría que haberme quedado con ustedes, pero me paralice, necesite todos estos años para...
-Ojala no hubieras venido-lo aparto.
-Perdiz, ¿Qué es este lugar?, ¿Qué ocurre?
-Supongo que puedo explicártelo-se sentó junto al fuego.
La leyenda del monstruo que concedía deseos era una mentira a medias, si existía una criatura pero no era un monstruo sino una diosa que tenía allí sus dominios, a los incrédulos que entraban a su reino los atrapaba por siempre asignándoles un rol en su juego.
-¿Juego?
-Quizás te vea mañana mismo, te hará algunas preguntas y te dará un papel con sus privilegios y limitaciones, yo soy La Cazadora, vivo aparte, capturo lo que necesito pero no puedo cultivar plantas por más que lo intente.
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La Leyenda de Ailur
FantasyGT/10 de Producciones Gran Torre Esta es la historia de una Deidad que lo podia todo y un humano que no poseia nada.