No me puedo creer que fue capaz de invitarme a su salida con un chico, madre mía, Jazmín no me termina de sorprender.

—No seas pesada, es un club. Solo vamos a bailar y a beber todos como amigos. —Fue su respuesta.

—Jazmín, que cuando dije lo del puto trío iba en joda ¿te enteras? —Comenté para picarla.

—Cállate Madison, él vendrá con otro amigo.

—¿Tan difícil era comenzar por ahí?

Ella miró por detrás de mí, por lo que yo también giré a mirar, encontrando dos chicos caminando hacía nosotras, al instante giré de nuevo el rostro, sin poder creérmelo.

Que no sea eso Dios, por favor.

—Mi cita es el de rojo, no te confundas.—Me aclaró al instante. Pronto puso una sonrisa en sus labios.—Hola, ¿como estáis?

No me jodas, no me jodas, no me jodas.

Su puta cita era el puto Dylan.

Y mira que por primera vez le digo puto a lo correcto.

Ambos chicos la saludaron, ignorando mi presencia.

—Esta es mi amiga, Madison.

Ambos se giraron dispuestos a saludarme, pero el sorprendido fue el de rojo, como era de esperar. Me miró de arriba, abajo, sin siquiera molestarse en disimular, pronto me miró arqueando una ceja.

—Chase, un placer. —Se presentó el Moreno.

Moreno, alto y musculoso. Me gusta.

—Dylan. —Lo escuché hablar.

—¿Ustedes no se conocían ya? Creo haberlos visto hablar.

El comentario de Jazmín nos tomó por sorpresa a ambos, yo miré a los ojos a Dyan, y con burla en ellos, lo rete a responderle a Jaz.

—Si, la loca de tu amiga se acercó para preguntarme si eran ciertos los rumores, de que me había tirado a una profesora en mi anterior universidad, contando en el transcurso que ella también lo ha hecho.—Invento. Lo miré con una ceja arqueada.

—¿Se lo contaste?

El comentario de Jazmín me dejó con el vaso en el aire, apuntó de tomar. La miré sin poder creer que hubiera confirmado lo que Dylan inventó, no me puedo creer que se haya creído que yo le dije tal barbaridad.

Si apenas le conozco.

La cara de Dylan, y su amigo Chase, fue de tener un teléfono, grabarla y subirla en internet. Toda la escena de hecho.

—Joder Madison, joder.—Fue lo único que comento Dylan, para tomarse un trago.

Mientras su amigo ocultaba una sonrisa tomando de su trago. Yo miré a Jazmín, quién me pedía disculpas con la mirada.

Yo de ser ella me mirara de la misma forma.

Me debía una con barbaridad tontada que ha cometido.

—¿Que te puedo decir? Me gusta divertirme.—Tomé de mi trago.

La vergüenza no estaba en mi diccionario, y si a él, no le avergonzaba decir tan abiertamente que se había tirado a una profesora, ¿por qué a mí si lo haría? Te me jodes amigo.

Dylan me miró sonriendo, pero no con una sonrisa inocente, no, para nada.

—Es que parecéis hermanos. De verdad, de no conocerles, pensaría que lo son.

El comentario de Chase me sentó como una patada en el culo, pues nunca haría las cosas que me imagino hacer con Dylan, con un hermano.

O más bien, imaginaba.

—Dios me libre.—Respondió Dylan.

Lo miré y me burle de él sacando la lengua, a lo que él por detrás de Jaz, me guiño un ojo.

—¿Quieres bailar? —Le preguntó a mi amiga.

La cuál negó al instante. Esperen, ¿qué?

—Pues vaya par que me traído al club.

Jazmín lo miró sin comprender su comentario.

—Que esté tampoco baila. Pero que ni la Macarena eh.—Señalo a su amigo con la cabeza.

—¿Porqué no vais a bailar ustedes? —Nos señaló a Dylan y a mí.

No, no, no Jazmín.

Me acerqué a su oído.

—Jaz, esta mañana estuve apunto de besarle en el pasillo, así que no me acerques más a él. Ve y baila tú, punto.

Ella río al escuchar mi comentario.

—Me he dado cuenta que pasa algo apenas han comenzado hablar Madison.—Confesó. Me sentí mal al instante.—Tampoco sabía que se tiró a una profesora de su antigua universidad.

Suspiró.

—Es como tu clon, y tú buscas solo sexo, yo no estoy buscando una persona así para mí, y lo sabes.—Se alejo para mirarme.—Ve, tu lo viste primero de igual manera.

Reí junto a ella por su último comentario, la mira preguntando con mis labios si estaba segura, a lo que ella asintió, Dylan me extendió una mano.

—¿Vamos?

Tomé su mano.

***

Sentí el golpe de mi espalda contra la pared, sus manos sostenían mis piernas mientras me devoraba la boca, pronto me sentó en el lavabos, metiéndose él entre mis piernas.

La puerta estuvo apunto de abrirse, Dylan la cerró de nuevo con el pie, se separó de mí para pasar el pestillo, a los segundos regreso a por mí, mientras murmuraba contra mis labios;

Que el jodido baño está ocupado.

EK.

Alma gemela On viuen les histories. Descobreix ara