ᵘⁿᵇᵉᵃʳᵃᵇˡᵉ [Tincan]

2

2012.

— ¡Eres un tonto! — Se escuchaban las fuertes carcajadas de Can por todo el salón.

— Sabes que te gusta—. Tin lo mira con una ceja alzada, quiere que acepte.

— No vamos a jugar a las escondidas.

— ¿Por qué no? — El mayor se desespera, amaba jugar a las escondidas y siempre terminaba rogándole al menor.

— Porque nooo.

Tin sonríe y se acerca a él

— ¿Y... si te doy un beso? — Can lo mira con la boca abierta y las mejillas sonrojadas.

— ¿Un beso? — El mayor asiente con una sonrisa — está bien.

Tin se acerca y le da un beso en la mejilla.

— Listo.

Ambos se miran sonrojados, Can se levanta y corre por las escaleras, lejos de la vista del mayor.

— ¡Encuentrame tonto!

Tin sonríe y comienza a subirlas lentamente.

2020.

Estaba cansado.

No le gustaba ver a Tin siempre molesto y estresado, no es que pasara mucho tiempo con él, ni siquiera hablaban más de dos palabras cuándo se veían ahora.

Pero Can lo conocía.

Y sabía que era muy diferente a como lo veían los demás.

Quería ayudarlo.

Pero le daba miedo acercarse a él como antes.

Las cosas habían cambiado en todos éstos años.

— Te ves algo distraído hoy, amigo—. Ae, su mejor amigo lo miraba con lástima él lo sabía, solo quería asegurar sus sospechas— No me digas...

— Sabes que él no merece esto —. mientras caminaban por los pasillos en el receso hacía el comedor Can miraba el suelo.

— Él ha cambiado, ¿no crees que tal vez deberías olvidarlo?— se sientan en una mesa alejada, pero con una buena vista sobre la mesa de los populares, donde estaba Tin.

— Él no me gusta...

— No dije eso —. Ae alza una ceja

Can suspira, su amigo tiene razón. Han pasado años desde que su amistad con Tin se arruinó y él ya había hecho de todo por mantener su amistad lo más a flote posible.

Mira hacía la mesa donde está el mayor, éste miraba la comida con el ceño fruncido y en vez de comer parecía solo jugar con los cubiertos distraído, se notaba enojado o triste, como siempre.

— Lo estás mirando demasiado.

Can bufa.

— Disculpa, tengo que olvidarlo ya lo sé—. Se dijo más para sí mismo que para Ae.

Lunes.

Habían pasado unas dos semanas después de lo ocurrido y la verdad Can no había hecho mucho esfuerzo en olvidar su preocupación por su antiguo mejor amigo

Can iba camino a clases, le gustaba caminar porque su casa le quedaba un poco cerca de la universidad  y así podía pensar mejor las cosas y liberar su mente.

Claro, antes de salir solía tomarse algunos supresores para su olor, no quería que ningún alfa se diera cuenta que era un omega ni nadie de eso.

Ve un auto parar cerca suyo y para en seco, el vidrio baja y la persona que se ve allí es Tin.

—Sube—. El Alfa está serio, no entiende porque le va a dar un aventón si se nota que está a punto de partirle la cara a alguien. — No me hagas arrepentirme.

— Ya voy — Rueda los ojos, da la vuelta y entra por la puerta de copiloto — No había visto este auto. — Dice cuando ya está dentro.

— Mi papá me lo regaló por mi cumpleaños. — El alfa hablaba mirando hacía el frente y con una cara muy seria.

— Oh. — Can quiso decir algo, pero se sentía incómodo, especialmente por tener que hablar de los padres de Tin. A él no le caían bien esos señores.

Vió al mayor olfatear algunas veces y luego pudo oírlo gruñir, su omega se retorcía.

—No me gusta que uses esos supresores— veía como los puños de Tin se apretaban contra el volante.

— No tienen que gustarte a tí si no a mí— Lo miró con rabia, odiaba que otras personas opinaran sobre él.

— Siempre tan dominante, Candalupe— El alfa pronuncia su nombre lentamente, lo miró por primera vez desde que se había subido en el automóvil— Eres un omega, todos lo saben y si quisiera follarte ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo —. El omega de Can gimió, el aire de ahí dentro se hizo tenso, trato de relajarse y hablar.

— No lo hago por ti, lo sabes —. Lamió sus labios— lo hago por los otros alfas no quiero que me hagan daño. —. Estaban llegando a la universidad.

— Nadie te hará daño, yo puedo cuidarte, no uses eso —. El carro estacionó. — Hueles a mí nadie podría-

— Puedo cuidarme yo sólo —. El omega lo interrumpe antes de abrir la puerta y sale, azotando sólo un poco fuerte.

Tal vez pasar tiempo con Tin si era difícil.