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Tres días sin poder hablar con Can.

Estaba molesto porque justo cuando había tomado el valor de ir a hablar con él, las hormonas del omega lo habían traicionado.

Tocó la puerta de la casa de Ae, el moreno sale y cuando lo ve allí se nota nervioso.

— Hola ¿ Can está? ¿ Cómo está él? — pregunta hablando muy rápido, ansioso.

— Tranquilo, Tin. — Ae dice. — Él no está aquí.

— ¿Qué? — se altera, pero entiende porque lo dice cuando siente el olor del omega desde allí, Can aún estaba en celo. — Puedo olerlo. — pensaba que ya había terminado porque eso era lo normal y ya no se sentía como cuando el omega estaba en celo, bueno hasta que lo olió.

— Me dijo que no te dejara pasar. — el omega se interpuso en la puerta para que no pasara.

— Ae, sólo voy a entrar unos minutos. — trataba de convencerlo. — Si notas que tardo mucho tiempo puedes sacarme de tu casa.

El omega se quedó en silencio, pensándolo.

— Aunque hables con él, tal vez no estará tan cuerdo para entenderte. — pero se hizo a un lado, dejando que pase, Ae no quería meterse en la relación de su amigo. Tin entró directo a la habitación y gruñó cuando pudo sentir el olor de Can mil veces más adictivo por el celo.

Can estaba acostado, dándole la espalda y cuando se voltea parpadea varias veces, agradecía que su celo estaba terminando pero no entendía si a quien veía era producto de su imaginación.

— ¿Tin? — dijo con voz ronca, el alfa se sentó junto a él, muy cerca.

— Necesitaba hablar contigo. — miraba al menor fascinado, su cabello revuelto, sus labios hinchados, sus ojos dilatados. — Can cuando hablamos... Dijiste que estabas molesto porque teníamos que separarnos por culpa de tus padres ¿ No hay más razones?

El omega parpadea, estaba sorprendido por la situación.

— No lo sé. — dijo, su respiración volviéndose pesada cuando el alfa toca su muslo y lo masajea de abajo hacía arriba.

— Mi madre me dijo que estaba de acuerdo con nuestra relación. — sonríe ampliamente. — Dijo que iba a cambiar por mi, dijo que iba a ser una buena madre. Todo gracias a tí.

Can sonríe también pero un poco con sus pensamientos perdidos en otra cosa.

— Me alegro mucho, siempre quisiste que tus padres- — el omega muerde su labio pero igual suelta un gemido cuando siente la mano de Tin apretar su erección, sus ojos mirándolo por encima de sus pestañas.

— Can yo... — la mirada del mayor estaba en sus labios, quería ser él quien los mordiera, tratando de resistirse pero era demasiado difícil en ese punto.

— No debiste venir hoy. — dijo, estaba semiduro antes de que el mayor llegara y ahora estaba muy duro para el alfa. — Tienes que arreglar esto. — toma la mano del mayor y la pone sobre su erección Tin aprieta sobre ella aún más fuerte, Can se levanta para sentarse sobre el regazo del alfa y ambos se besan desesperadamente.

— Cuando terminemos de hacerlo podemos hablar. — Tin sugirió con la respiración agitada.

Pero no hablaron nada, a pesar de que no tardaron mucho tiempo haciéndolo, cuando el nudo se deshizo, Ae toco la puerta como un desquiciado y gracias al cielo no se habían quitado mucha ropa así que Tin salió diciendo que tenía que irse -porque Can le pidió que se fuera- pero, mierda era obvio que habían tenido sexo. Incluso Can aún tenía la respiración agitada y su celo se había desaparecido por completo.





ᵘⁿᵇᵉᵃʳᵃᵇˡᵉ [Tincan]Where stories live. Discover now