Amor Prohibido [Señora Acero: La Coyote]

14 "Tarde"

Vicenta:
Han pasado seis meses y no he vuelto a escuchar su voz, pero sí lo veo cada noche en mi celular, ya que no he tenido el valor de borrar nuestras fotos juntos. He estado enfocada en estar bien para mi bebé, quien ha crecido mucho. La doctora dice que en un mes daré a luz y Anthony les ha dicho a todos que este bebé es suyo, y que yo soy su novia para que nadie me señale de zorra, y para que mi bebé tenga una figura paterna. Creo que ni con toda la vida, me va a alcanzar para agradecerle a Anthony todo lo que ha hecho por mí y más importante, por mi hija. Son las 8:00 de la manana y veo que Anthony llega apresurado del trabajo.

―Recoge tus cosas, tenemos que irnos a El Paso―me dice mientras se dirige a su cuarto y empieza a hacer sus maletas.

―¿Qué pasó?―pregunto desconcertada.

―¿Recuerdas que te conté sobre Kira?

―Sí, ella está atendiendo tu consultorio en El Paso, mientras tú atiendes tu otro consultorio aquí.

―Bueno, hace una semana, alguien me ofreció comprarme el consultorio y yo en ese momento había dicho que no, pero pasó algo en El Paso, algo muy grave.

―¿Qué fregados pasa? ¡Dime de una buena vez!―le digo ansiosa y pegando una patada en el suelo.

―Calma, no le hace bien al bebé.

―Solo dime lo que pasó.

―Kira murió, fue asesinada en la puerta de su casa y ahora, tendré que asistir a juicio y declarar, ya que yo era su jefe y hablaba con ella por teléfono a diario. El proceso tardará un mes, y debo estar allá, así que decidí vender este consultorio y quedarme con aquel.

―¿Me estás diciendo que nos vamos a ir a vivir a El Paso?

―Sí, pero en las afueras de la ciudad, lejos de la frontera. Tranquila, Daniel no aparecerá en nuestras vidas.

―¿Sabes qué me da miedo, a parte de que le hagan algo por mi culpa?

―¿Qué?

―Que me quiera quitar a mi hija―le digo rompiendo en llanto y él me abraza.

―Seguramente así será. Estoy seguro de que te va a querer quitar a tu hija y usarla para castigarte, o para chantajearte y que vuelvas con él.

―No, Daniel no es así, si me quita a mi hija, es porque la quiere, él es un buen papá.

―¡Qué ingenua eres, Vicenta! Es un hombre herido y en estos momentos, si descubre que ustedes tienen una hija, la verá como un instrumento para manipularte o lastimarte. Querrá controlarte a través de ella.

―¿Tú crees?―pregunto aterrada.

―Soy psicólogo, Vicenta, sé predecir la reacción de la gente, pero si nos vamos a El Paso, será al lado opuesto a en donde vive él.

―¿Seguro que él no se enterará que tenemos una hija?

―No, porque tu hija, será legalmente mi hija, recuerda que la voy a adoptar―me dice con una sonrisa, dejándome tranquila.

Recojo todas mis cosas, mientras él recoge las suyas, y nos vamos para El Paso. Mi familia sabe que mi embarazo es de Daniel, pero los hice a todos prometerme no abrir esa bocota que tienen delante de él, y a pasar de que ninguno está de acuerdo, accedieron.

Daniel:
Ya son las 12:35 del mediodía y acabo de recibir la dirección de Vicenta, acompañado de un mensaje de Chava.

Chava: NO LA DEJES IR.

Yo: Considéralo un hecho.

Me dirijo hacia allá. Manejo lo más rápido que puedo y sin hacer paradas, lo cual, hace que llegue en unas cuatro horas, más o menos. Llego hasta la dirección y veo que tiene un cartel de "se vende". Me acerco a la puerta y llamo; me abre una señora.