— Hijo... - saluda el hombre mayor, con sus brazos cruzados - Pensé que vendrías más tarde.
— Buenos días, señor Kim - saluda JongHyun, haciendo una referencia de 90 grados - Es, un gusto verlo luego de tanto tiempo.
— ¡JongHyun!
Hay un grito de alegría, un grito así se escandaloso como los de KiBum cuando está muy feliz.
Pero está vez, proviene de la señora Kim.
Esa mujer bonita, de cabello rubio y ojos grandes.
JongHyun la recuerda con un sentimiento bello, porque ella se portó como una segunda madre, como un ángel en realidad.
Lo recibió en su casa, le dio comida, abrigo, y una sonrisa feliz que le daba calor en los malos días.
Esa sonrisa que también tiene KiBum.
— ¡Cariño, has crecido tanto! - exclama la mujer, apretando sus mejillas como un niño, dándole un abrazo muy fuerte - Estás tan guapo y...
— Mamá, basta - se queja KiBum alejando a su madre con una sonrisa - Dejalo respirar. Además, te recuerdo que tu hijo soy yo.
— Oh, gran bebé - dice la señora Kim, abrazando finalmente a KiBum - Tú también estás muy, muy guapo, cielo. Pero pasen por favor, necesito que me cuenten eso de que ahora son novios.
— ¡¿Cómo?!
Oh no.
JongHyun y KiBum se quedan a medio camino al escuchar al Señor Kim.
Iban a decírselo luego, cuando estuvieran tranquilos, quizá con el postre para que nadie muera de paro cardíaco.
Pero ahora... la mamá del rubio ha soltado la verdad.
El Señor Kim no se ve feliz.
— Papá... - susurra KiBum, apretando la mano de su novio.
— ¿De verdad son novios? - pregunta el hombre mayor, avanzando hacia ellos.
— Sí - afirma JongHyun, al lado de KiBum - Estamos juntos.
Hay un suspiro que sale del Señor Kim, y ninguno de los presentes sabe cómo tomar esta actitud.
Es extraño e inquietante.
Sobre todo por lo sobreprotector que es con KiBum.
Pero hay una luz, una pequeña luz que les da esperanza, cuando el Señor Kim los mira con menos seriedad. No está feliz, sin embargo, ya no luce enojado.
Hasta que por un momento avanza hacia ellos, específicamente a JongHyun, que en su lugar se está muriendo de miedo.
Alza una mano, y la apoya en su hombro.
— Ya los has hecho esperar muchos años, así que cuida a mi hijo con tu vida.
JongHyun respira, con tranquilidad.
— Por supuesto que sí, señor.
KiBum chilla de nuevo, pero esta vez corre a abrazar a su papá.
Saben que han sido aceptados, y la felicidad, es casi invaluable.
— ¡Sacaré el vino de cereza para celebrar!
Exclama la señora Kim. Todos ríen después de ella, porque efectivamente, hay mucho por celebrar.
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JongHyun entra a la habitación de KiBum casi tambaleándose.
Su novio está ebrio producto del vino, y su aegyo explota al máximo haciendo la situación más difícil de lo que ya es.
— Quiero ir a la tina - dice KiBum con un puchero, casi colgándose del cuello de JongHyun - Bummie quiere que su novio lo lleve a la tina.
— Pues Bummie va a tener que esperar hasta mañana - susurra JongHyun, recostado a KiBum en su cama con cuidado de no caerse - Ahora debe dormir.
— Bummie no quiere dormir - insiste el rubio, tirando de JongHyun más cerca - Bummie quiere ir a la tina con Jjongie.
— No, porque Jjongie quiere dormir - insiste JongHyun, dándole un beso en la frente.
— Jjongie quiere ir a la tina.
— No, no quiere.
— Sí, sí quiere.
— Bebé - termina susurrando JongHyun sobre sus labios - Tenemos que dormir, y lo mejor es que me vaya al sofá de una vez antes que entre tu papá y me tire del balcón.
— No... duerme conmigo.
— Bummie...
— Sólo duerme conmigo - se queja KiBum, tirando a JongHyun debajo suyo - Mi papá no se va a enterar.
JongHyun ríe un poco, pero termina acariciando el cabello rubio de su novio.
Falta tan poco tiempo para que se despidan, que ahora cada segundo a su lado es importante.
KiBum aún no sabe, lo mucho que JongHyun va a extrañarlo.
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Mañana subiré el último capítulo ;;
Y después, para despedirme de esta historia el Epílogo.
