Ha pasado un mes desde el accidente, y JongHyun aún se mantiene en el único lugar donde se siente seguro: los brazos de KiBum.
Se aferra a él todas las noches, porque cada vez que cierra los ojos sólo puede recordar los gritos de sus padres, y su hermana fallecida.
Cuando KiBum tiene que ir a la escuela se mantiene en su cuarto, mirando a la nada, o escuchando la canción favorita de su omma: Nothing gonna stop us now de la banda Starship.
Llora, todo el tiempo que puede, mientras espera que KiBum llegue y su corazón se mantenga tranquilo de nuevo.
Por desgracia, hoy el rubio se está tardando, y JongHyun empieza a ponerse ansioso demasiado rápido.
Tiene miedo de estar solo más tiempo, porque su cabeza siempre crea ideas malas que le hacen dudar.
Quiere que KiBum llegue y le diga que todo estará bien.
Cierra los ojos con fuerza mientras se aferra a la almohada del menor, ruega para que sus pensamientos se vayan. Suplica para que los gritos en su cabeza dejen de retumbar.
Pero no puede.
Es como una pesadilla permanente que no desea irse.
¿Dónde estas, Bummie? Vuelve.
Cubre sus oídos con las manos, intenta otra vez que las imágenes y el ruido paren.
No lo logra.
Entonces, cuando está por rendirse a sí mismo la puerta de la habitación se abre con fuerza.
— ¡Jjongie!
El castaño abre los ojos, se sienta en la cama observando a su mejor amigo de pie en la puerta.
Está llorando, de nuevo.
— No dejaré que te lleven - susurra KiBum, corriendo a abrazarlo con toda la fuerza del mundo.
JongHyun no se queja. Ser sostenido de esa manera es lo único que necesita en éste momento.
— Te quedarás conmigo - insiste el rubio, separándose para mirarlo - me encargaré de que nadie te separe de mí ¿entiendes? Ni siquiera te preocupes por ello.
— Hijo.
JongHyun deja de observar a KiBum por la presencia del señor Kim.
— No te lo vas a llevar, appa - insiste el rubio, tomando la mano de JongHyun - Él se va a quedar con nosotros. Compartiremos habitación, le daré mi ropa...
— Hijo, basta.
— ¡No! ¡No basta! - grita KiBum, levantándose, enfrentándose a su appa - Ellos no pueden llevárselo. ¡ÉL ES NUESTRA FAMILIA!
JongHyun lo observa todo con sus ojos llorosos. No entiende nada de lo que hablan pero su miedo está aumentando con sólo ver a KiBum llorar.
Parece que hay malas noticias.
— Bummie... - murmura, entre sollozos - ¿Qué sucede?
KiBum lo mira, corre a abrazarlo de nuevo. No quiere responder a su pregunta y eso hace que su miedo aumente.
JongHyun desea saber la razón. Piensa que tiene derecho.
— Tienes que irte, hijo... - ésta vez es el appa de KiBum que le habla a él. Sus ojos también están rojos y deduce que ha estado llorando - Perdón, pero no puedo hacer nada contra lo que la ley manda.
De pronto, entran dos personas a la habitación. Dos mujeres que lucen amables pero que son desconocidas para JongHyun.
KiBum aprieta el abrazo en cuánto siente su presencia.
— Buenas tardes, JongHyun - susurra una de ellas con una agradable sonrisa - Somos Euna, y Minari... hemos venido a recogerte para que vengas con nosotros.
— ¿Con ustedes? - susurra JongHyun, temeroso. Se aferra a KiBum cuando ellas se acercan un poco más - Yo no quiero irme.
— Nosotros vamos a cuidar de ti, no te preocupes. - comenta la otra mujer - Tenemos una gran escuela, con talleres de música, de arte y todo lo que te pueda gustar. Además, hay otros niños con los que podrás convivir.
JongHyun niega con la cabeza entre sus lágrimas que siguen corriendo. Ahora entiende lo que está pasando, pero no desea irse con ellas.
No quiere separarse de KiBum. No quiere estar solo de nuevo.
Pero parece que ellas están decididas a llevárselo, a dividirlo de lo único que lo mantiene a tierra.
El señor Kim lo separa de KiBum en medio de sollozos, ni siquiera deja que se den un último abrazo y lo lleva casi arrastrando hacia el auto fuera de la casa.
“Orfanato Principal de Seúl.” dicen las letras pintadas en el vehículo.
El miedo se ha convertido en terror, y su corazón no quiere otra cosa que regresar con su mejor amigo, con la única persona que importa ahora.
Pero al parecer no es posible hacerlo. KiBum está siendo detenido por su omma en medio de la salida, y él está encerrado en el auto con las dos mujeres.
¿Qué pasará ahora? Se pregunta, mientras ve que a lo lejos la imagen de KiBum se va desvaneciendo.
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
