Capitulo 17: Hola a la vieja Elena

Start from the beginning
                                    

—Tenías que darle tu apoyo a tu hija, no fijar tu atención en el otro chico ¿qué clase de imagen le estas dando a Elena? —Le regañó con voz firme—. ¡Te lo dije! Sabía que debías tratar bien a Regie ¡oh! Pero estabas…

Y cerré la puerta principal acallando la voz de mi mamá. Opté por caminar un poco aquel día hasta la parada de bus, era nueva en la zona pero mamá se había encargado de mostrarme las rutas que me llevarían al instituto.

En el camino intenté concentrarme en lo que haría, era claro que no iba a seguir con lo que tenía con Regie, ya había caído demasiado bajo con un hombre, me había dejado engatusar ¡demonios! Se suponía que no volvería a caer en eso.

Me mordí mi labio inferior furiosa conmigo misma ¿cómo pude ser tan débil como para caer en el juego de un espécimen tan predecible? Supongo que elegí dejarme llevar por una cara bonita.

Estúpidos hombres —Susurré con desprecio mientras me bajaba del bus.

Caminé una cuadra corta para llegar al instituto, faltaban un par de minutos para que el día comenzara así que me tomé la libertad de ir directamente al instituto.

De pronto apareció ante mi vista a quien había tomado la decisión de odiar al igual que a los demás animales. Su angelical sonrisa quiso hacer efecto en mí pero me rehusé completamente a caer de nuevo en eso.

—Buenos días Elena —Me saludó con una sonrisa animada caminando a mi lado.

Le miré por el rabillo del ojo no queriendo tenerle cerca, era casi como si me fuera a infectar una enfermedad. Me aferré a mi bolso y con la frente en alto seguí caminando.

—Espera —Me detuvo sujetando mi brazo.

—Suéltame —Le advertí con voz distante, él arrugó el ceño.

— ¿Qué pasa?

Solté una carcajada sin alegría antes de mirarle con frialdad ¿qué pasaba? ¿Acaso de la noche a la mañana se volvió más idiota de lo que por naturaleza debía ser?

—Regie —Le sonreí con un tono dulzón fingido—, gracias por el rato pero ya no puedo perder mi tiempo.

Casi me creí su expresión de sorpresa o su posterior expresión de confusión ¡sí claro! Como si no supiera lo que realmente estaba pasando.

—No entiendo… ¿Por qué lo dices?

Tuve que respirar profundamente para no estallar a carcajadas ¿realmente estaba haciendo eso? No, no podía ser. Miré a los lados intentando encontrar al imbécil que quizás nos estaba viendo en aquel preciso instante y esperaba que yo corriera a los brazos de su amiguito para luego reírse de mí ¡ja! Por supuesto que no lo haría.

—Ya para —Le pedí con la misma sonrisa fría—, pierdo mi tiempo intentando hablar contigo, es mejor que vayas y hables con alguien que sí pueda entenderte.

El espécimen parecía tener un signo de interrogación en el rostro pero eso no me importó en lo absoluto y en cambio me volteé con ligereza para seguir con mi camino.

— ¡Oh! —Me volteé con rapidez—. El jueguito que comenzaste a tener conmigo se acabó.

Con una última sonrisa me giré y fui en dirección a donde sería mi primera clase. Por alguna razón sentía un molesto nudo en mi garganta, intenté aplacarlo pero se mostraba recio a deshacerse así que le dejé pasar.

—Hola amargada —Me saludó el imbécil interceptándome en uno de los pasillos.

—Mantente apartado de mí imbécil —Le advertí con hostilidad.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now