CAPÍTULO 38

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El tiempo en la familia era muy agradable, todo era perfecto con un día soleado y un cielo azul claro.

—Amor, ayúdame con esto.

—Claro papi.

—Gracias hijo por ayudarme en todo, el día de tu cumpleaños.

—Tranquilo papi, se que no puedes en tu estado, además ya soy grande ya tengo 10 años. —Contestó el pequeño sonriente.

—Gracias cariño, podrías buscar a tu padre.

—Si—con una sonrisa, el pequeño corre en busca de su padre.

El cual estaba en la habitación de sus hermanos, intentando cambiar sus ropas.

—Por favor Min, no te saques los zapatos.

—Papá no me gustan estos, quiero ponerme los cafés —hablo un niño de 8 años.

—OK, pero ayuda a Sami a ponerse los suyos mientras yo acabo de vestir a Mel.

—Bueno papá — el pequeño  Min ayuda a su hermana de 6 años, una linda niña de piel clara y ojos azules.

—¿Papá te ayudo? —preguntó el hijo mayor al entrar a la habitación.

—Oh Kong...claro podrías ver si Fait se despertó.

—Claro — el joven camino hacia la  habitación de su pequeño hermano de 3 años.

Al verlo dormido tan tranquilo salió en silencio para no despertarlo.

—Papá sigue dormido.

—Bueno, entonces podrías....—la voz de Singto fue interrumpida por el sonido del timbre —Deben ser los abuelos ¿puedes abrir?

—Sí papá.

Salió rápido hacia la puerta principal pues quería mucho a sus abuelos o esperaba que fueran sus tíos.

Abrió la puerta con una sonrisa que se esfumó cuando no era nadie que él conocía.

—¿Si? ¿A quién busca? —preguntó al señor que vestía un traje negro, su cabello bien peinado y unos ojos negros.

—A ti.

—¿A mí? ¿Por qué?

—Porque hoy es tu cumpleaños y te traje un regalo — le acercó una caja celeste con un moño blanco.

—Yo no puedo aceptar, papá dice que no debo hablar con extraños.

—Yo no soy un extraño, yo soy amigo de tú papá. Krist me invitó pero tengo trabajo así que no puedo quedarme pero te quiero dar tu obsequio.

—¿ De verdad conoce a mi papá?

—Si, lo conozco desde hace mucho tiempo, toma, se me hace tarde para ir al trabajo.

—Gracias —le sonríe

—Eres muy lindo— habla sonriente el hombre de smoking —felicidades, nos vemos luego.

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